¡Harry Potter y Katekyo Hitman Reborn! 2 {finalizado}

Capítulo diez - Té con el mago

Bel se sentó en silencio en el avión, haciendo girar su cuchillo favorito entre sus dedos, haciéndolo girar cada vez más rápido.  Si se resbalaba y se cortaba, sabía que Squalo tenía un sedante preparado, pero probablemente no se despertaría a tiempo para ver a Harry.  No sabía si quería que el cuchillo se resbalara o no.

Squalo no había querido que viniera.  Había argumentado que debería ser solo él como líder y Mammon como experto en magia.  Lussuria había hecho un puchero al quedarse atrás, pero como el segundo al mando después de Squalo, había aceptado con una sorprendente falta de protesta.  Bel supuso que tenía sentido;  A Lussuria no le gustaba enfrentarse a oponentes con los que no se podía luchar físicamente.  Por supuesto, Levi se había quedado atrás.  Como el que había incitado la ira de Harry, tenerlo presente solo sería inflamatorio.  No era como si tuviera algo de valor que agregar a la conversación de todos modos.  Squalo había querido dejar a Bel con ellos, pero Bel se había negado.  Squalo no estaba acostumbrado a verlo en serio, sin reír e invocar su estatus real.  En otra circunstancia, Bel habría disfrutado de la expresión de sorpresa en su rostro.  Los capitanes estúpidos no deberían subestimar a los príncipes.

Era un asesino, uno de los mejores del mundo.  Había pasado de una sala de los Vongola a una Varia en menos de una semana.  Había masacrado a toda su familia y sería rey tan pronto como aceptara el título, aunque nunca lo haría.  Ni siquiera gobernar un país lo induciría a dejar la Varia.  No a menos que Boss se lo dijera y Boss le hubiera prometido que no lo haría.

Eso había sido lo que había ganado la lealtad de Bel, al final.  Había sido un niño de ocho años en mal estado, que huía de su casa en busca de otro subidón como el que había obtenido al matar a Rasiel.  Era un genio, sabía que los Vongola lo usarían y lo manipularían.  Había estado preparado para jugar el juego, ganar aliados, lanzarse a la política que odiaba solo para poder tener su dosis, ese momento en que la sangre fluyó y el mundo se enfocó y todo fue perfecto.  Pero ese Jefe se había abalanzado, un chico de dieciséis años con rabia en sus ojos y fuego en sus manos.  Le había prometido a Bel que si lo seguía, si obedecía, si era leal, tendría toda la sangre que quisiera.  Nunca se aburriría.  Eso fue suficiente para atarlo a la Varia.  Pero cuando Boss lo encontró llorando, y se sentó con él en lugar de gritarle por ser débil, cuando Boss le había prometido que nunca, nunca lo enviarían lejos, fue entonces cuando Bel supo que seguiría a Boss hasta el final de la vida.  la tierra.

Eso fue lo que hizo Bel.  Hizo su elección y se apegó a ella.  Había sabido en ese momento que puso los ojos en Levi y no se llevarían bien, como si hubiera sabido que haría de Mammon su amigo si eso lo llevara a la bancarrota.  Había estado feliz con la Varia de una manera que nunca antes, hasta que llegó Harry.

Harry no lo trataba como a un adulto o como a un niño, sino como a sí mismo, como a una persona.  Le gustaba que Squalo lo tratara como a un oficial más, pero a veces era difícil.  Era frustrante ser tratado como un niño, con tareas y hora de dormir, y luego como un adulto con responsabilidad y culpa, sin nadie en quien apoyarse.  Harry lo había tratado como solo Bel.  No se había desanimado por la sangre, la risa y su genio.  Él acababa de seguir adelante, actuando como si Bel siempre hubiera querido que actuara un hermano mayor.  Antes de Harry, Lussuria se había acercado más al papel de hermano mayor, pero ni siquiera él había encajado realmente.  Harry era diferente.  Era brillante y fuerte y no era una amenaza.  Hizo la tarea y cocinó todo lo que Bel pidió, y quedó muy impresionado con los trucos de Bel.  Era perfecto y Bel quería quedarse con él para siempre.  Ni siquiera fue tan difícil resistir el impulso de cortarlo, hacerlo sangrar, retorcerse y quedarse quieto.  ¿Era esto de lo que hablaba Mammon cuando dijo que conocería a alguien especial y que querría hacer cosas divertidas con ellos que no tuvieran que ver con cuchillos?  No había pensado que fuera posible antes de Harry.