Perro De Pelea [Raylla G!P]

C H A P T E R O N E

- Jefe, trajimos nuevos perros. - anuncio el gran hombre de calva brillante.

- Perfecto, ya me estaba aburriendo - respondió la joven de traje rojo, girando en su silla de cuero negro dejando a la vista su esculpida cara.

Reposo el vaso de vidrio grueso en su escritorio de madera oscura mientras veía a las cuatro personas arrodilladas con sacos grises en sus cabezas.

- Quiero verlos - ordenó a los hombres para que, inmediatamente, estos hicieran lo pedido, dejando a la vista los cuatro rostros.

- No me gusta - comento al mismo tiempo que aventaba la cabeza, soltando el, algo largo, cabello del desnutrido muchacho.

- No tiene potencial - mandaba una patada al estómago de la chica, está retorciéndose mientras escupía sangre por su boca.

Una mueca de asco se plasmaba en la cara de la joven moviendo su mano, el hombre más cercano le hizo caso mientras limpiaba el piso y tomaba a la chica para sacarla por una puerta roja.

- Tu le servirás a Porter - un chasquido y tuvo una correa de cadena plateada en su mano izquierda.

Se puso de cuclillas tomando el collar de cuero grueso en el cuello del joven corpulento, dedicándole una sonrisa cínica cuando cerro el conector de la cadena.

- Llevenlo a la camioneta, bajo en unos instantes - entrego la parte de tela dura de la correa al calvo mientras asentía y jalaba al muchacho, este parándose rápidamente y caminando a la par que los hombres trajeados.

- Y tu, eres mío, pero no tienes collar - acariciaba la barbilla de la chica mientras está mantenía su cabeza agachada.

- Sube la cabeza - ordenó cuando estuvo unos pasos lejos de la chica, está haciendo caso omiso de las palabras de la trajeada.

- Sube la cabeza, por favor - pidió con dureza mientras tomaba un collar de adiestramiento de acero inoxidable.

Volteo hacia la joven esperando ver su cara, sin embargo, se encontró con la misma postura, su cabeza viendo hacia el piso y sus manos hechas puño sobre sus rodillas.

No lo advirtió, tampoco quería hacerlo así que simplemente se acercó y sin esperar más, lanzo un golpe con el puño cerrado hacía el pómulo izquierdo de la contraria, logrando que ahora su cabeza girará al lado contrario pero sin conseguir el propósito de desestabilizar la postura inicial.

Se posiciono frente a ella aprovechando la baja defensa que tenía, coloco el collar de manera correcta y al terminar poso sus manos en la cabeza de la ojiazul.

- Tengo que entrenarte ¿Entendido? - pregunto viendo la ceja, casi sana, en el rostro que sostenía, teniendo una idea del origen de la chica asintiendo levemente.

- ¿Cómo te llamas? - pregunto suave pero imponente, dejando de tomarla para dirigirse a su vitrina y de ahí sacar una larga correa de cuero grueso, café oscuro y cosida con hilo capuchino, sin ningún uso.

- Raelle Collar - respondió al ver a la castaña frente a ella mientras está conectaba el círculo plateado con el cerrojo dorado.

- Bueno, yo soy Scylla, tu dueña - limpiaba el pequeño hilo de sangre que caía por la boca de la rubia.