🖤 ¿𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚? 🖤

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Gojo y su alumno se fueron a comer tazones de arroz. Gojo caminaba pensativo,pues Itadori tenía razón. Pero no iba a dejar que eso perturbara lo suyo con Itadori,ni podía ni quería.
Itadori caminaba feliz y alegre al lado de su sensei,observaba su manera de andar,le fascinaba,era como si caminara por encima del agua. Caminaba con seguridad,con firmeza,con liderazgo. Sus manos iban tranquilas alrededor de su cuerpo,relajadas,sin ningún temor. Caminaba con rectitud, los hombros bien colocados, se notaba de lejos su seguridad en sí mismo. Itadori subió la mirada para observar el rostro sonriente de su sensei,era perfecto.

Admiraba todo de él

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Admiraba todo de él. Sus ojos cristalinos le transmitían la sensación de estar apreciando el océano a través de ellos. Navegaba en su mirada,en sus ojos. Su pelo era un manto de nieve acogedora,tocarlo era como acariciar la mismísima nieve,su piel era suave,satisfactoria al tacto. Pero su sonrisa,su sonrisa era lo mejor. Sin tener que decirlo,su sonrisa decía que todo iba a estar bien. Itadori le amaba,le amaba más que a su propia vida,quería pasar el resto de su vida a su lado,sin despegarse de él. Quería tener su fragancia en cada poro de su piel,quería que no se fuese nunca. Que estuviese ahí siempre. Quería protegerlo,cuidarlo,hacerle sentir la misma protección y seguridad,tal y como él la sentía cuando él estaba cerca. Pero sabía que eso no pasaría,porque su sensei sería capaz de recibir todos los golpes que hiciesen falta con tal de que a Itadori no le sucediese nada. Pero Itadori quería,de alguna manera, hacerle saber que él también le cuidaría,tal y cómo él lo hace.

- ¡Bien,llegamos! Toma asiento, yo voy a acercarme a la barra a pedir. -dijo Gojo mientras se alejaba en dirección a la barra.

Itadori se sentó, cruzó los brazos sobre la mesa y apoyó su cabeza.
Llegó su sensei con la comida,tenía una pinta deliciosa. Comieron,mirándose a los ojos, los ojos de Itadori transmitían preocupación, pero los de Gojo todo lo contrario,rebosaban esperanza.

1 hora después

Llegando a la Academia,Gojo e Itadori se encontraron con Kugisaki.

-¡Hey,sensei! ¡Hey,Itadori!¿De dónde vienen? -preguntó la alumna.

Itadori calló, estaba nervioso,pero su sensei le sacó del apuro rápidamente.

-Venimos de entrenar,le estaba enseñando a Itadori lo básico de la Hechicería. Ya sabes,para que se ponga al día. -respondió Gojo tranquilo.

-Ah,que bien. Yo voy a ir al centro a ver a unas amigas,procuraré no volver muy tarde. ¡Bye! -se despidió la alumna con una sonrisa.

Itadori se sintió aliviado,pues no sabría cómo explicar la situación. Pero tarde o temprano se acabarían enterando. Siguió caminando al lado de su sensei.

-Tengo algo de sueño,sensei. Gracias por la comida,y buenas noches. -dijo el alumno.

-¿No quieres que te deje en tu habitación?-preguntó Gojo preocupado.

-No,puedo ir sólo, gracias. -añadió el joven,declinando su oferta.

-De acuerdo, pues mañana te veo. Descansa,Itadori. - se despidió el sensei.

Itadori lo miró por un par de segundos,y se fue. Le costaba mucho ésta situación. Entró en el interior de la Academia,tomó el ascensor y sin retirar la mirada del suelo,entró. Observaba su reflejo en el espejo de aquel ascensor,vacío. Itadori odiaba ese reflejo en donde Gojo no estaba. Pero cuánto más lejos mejor,o al menos es lo que Itadori pensaba en aquel momento.
Subió a su habitación, los pasillos estaban oscuros y solitarios. Accedió a su habitación, dejando caer su cuerpo sobre la cama y mirando el techo pensó en su sensei, en lo mucho que le echaba de menos y apenas llevaba unos minutos sin verlo. Era cómo si necesitara de él hasta para respirar, para vivir. Necesitaba expresar lo que sentía,pero con Gojo era difícil, tenia una postura muy imponente,casi inaccesible. Así que decidió escribir una nota para entregársela en algún momento a escondidas. Itadori se sentó, agarró su mejor bolígrafo y en una hoja de papel comenzó a redactar:

"Quería decirte algo que en persona me cuesta. Amo todo de ti,desde tu andar hasta tu forma de respirar,desde tus ojos hasta el arco que forma tu sonrisa. Quisiera ahora mismo estar atrapado entre tus brazos,o secuestrado entre tus besos,incluso perdido en tu mirada. Pero no lo estoy,estoy aquí escribiendo algo que no puedo decirte a la cara. No sé hasta dónde llega tu amor,pero el mío llega a cruzar mares y fronteras,llega hasta dar la mi vida por la tuya. Cuando estoy contigo se detiene el tiempo,cuando me tocas,erizas toda mi piel,cuando besas me llevas a otra dimensión, en dónde todo está bien y nada malo podría separarnos. Pero vuelvo al mundo real,y pasa, hay tantas cosas que podrían separarnos. Si fuese mi elección, viviría el resto de mis días acompañando los tuyos,pero no puedo,ya que mis días,de alguna manera ya están contados. Y es por esa misma razón que esto que tenemos debe acabar,debemos seguir como sensei y alumno,por tu seguridad y la mía. Te amo,te adoro,te quiero. Eres mi vida,Gojo. Y me gustaría seguir siendo el responsable de que tu corazón se acelere, pero no puedo. Perdóname, porfavor, sólo puedes hacer una cosa por mi,sé feliz,¿vale?
No olvides que tú seguirás ocupando mi corazón junto a mi abuelo,sois mis recuerdos favoritos.
Te quiero♡ 
                                                                   ~Itadori"

Itadori dejó esa nota debajo de su almohada,sabía que ese momento estaba por llegar,que tendria que alejarse de él, dudaba que su sensei lo hiciese.
Itadori agarró la taza de té que tenia sobre la mesa,y asomado a la ventana se la tomó poco a poco. Itadori admiraba las estrellas,el cielo,y apartó la vista de inmediato, pues le recordaban demasiado a Gojo. Itadori dejó su taza de té a casi terminar en la mesilla de noche.

"¿Qué es ésta sensación? M- Me cuesta mucho moverme"

Pensó Itadori, el cuerpo se le estaba adormeciendo,empezaba a ver todo negro,apenas podía sostenerse de pie.
En un vago intento de alcanzar la puerta,cayó desmayado contra el suelo de su habitación.
Al otro lado de la habitación una voz anciana pronunció: "Entrad" y al instante entraron unos hombres altos,encapuchados y cargaron a Itadori a sus hombros,y se lo llevaron sin dejar ningún rastro.

 Al otro lado de la habitación una voz anciana pronunció: "Entrad" y al instante entraron unos hombres altos,encapuchados y cargaron a Itadori a sus hombros,y se lo llevaron sin dejar ningún rastro

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𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒃𝒍𝒐𝒒𝒖𝒆𝒂𝒅𝒐 ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora