Umiko sabía que los humanos eran frágiles y efímeros, desde hace algunos años antes del incidente de avión con sus compañeros de clases, escuchaba varias de las trágicas noticias que se esparcieron en su barrio, esto se debía a los vecinos chismosos que no tenían cuidado de sus alrededores cuando soltaban la boca sobre los últimos acontecimientos en la ciudad, claro que en un principio ella no tenía idea de lo que conversaban, hasta que una vez se vio involucrado su mejor amigo, al cumplir los 6 años de edad ella solía jugar y estar pegada a Yun en el jardín de niños, lo consideraba como un hermano mayor ya que siempre velaba por su seguridad para que no fuera intimidada por los otros niños, por aún mantiene en su memoria la fecha en que murió, era un 3 de agosto del año XXX, Yun y sus padres iban en un carro a pasar una temporada en la finca de sus abuelos, y al parecer en una de las rotondas cerca al centro un camión se les atravesó y tuvieron un accidente, los doctores afirmaron que murieron en el acto por lo que no sufrieron, o al menos eso era lo que escucho de aquellas señoras.
Por lo que ella estaba enterada de su debilidad, entonces Umiko se preguntaba si ahora que Rui parecía mostrarle cariño, tal vez él podría llegar a tener miedo de que muriera con el tiempo, ya sea por vejez o por algún accidente, incluso ella quería creer que había esa posibilidad, después de todo de esa manera no se sentiría tan sola y desprotegida, debido a que inconscientemente en ciertas ocasiones la invadía un sentimiento de inseguridad y extrañaba mucho a sus padres, apenas era una niña y a pesar de que siempre intentó verse más madura, solo era un acto.
-¿En qué estás pensando? - la peliazul volteo rápidamente su mirada para encontrarse con Rui que se había sentado a su lado, no se percató de su presencia o el sonido de sus pasos al acercarse, pero no le tomó importancia.
-Me preguntaba si te sentirías solo, si yo muriera - la joven se tapó la boca inmediatamente ya que estaba tan sumida en sus pensamientos que respondió sin pensar en sus palabras, y aun no podía predecir con exactitud los cambios emocionales de su amigo.
Rui empezó a sentirse mal con tan solo escuchar que podría ser casi inevitable perderla para siempre, siendo sincero consigo mismo quería que ella estuviera a su lado, por eso pensó innumerables veces convertirla en un demonio, pero después de recordar algunas cosas de su pasado se retractó de esa idea, ya que no era lo correcto y probablemente ya no se perdonaría así mismo por condenarla a serlo, el muy bien sabía que involuntariamente Umiko cometería muchas atrocidades y el único destino final que le espera a los seres como él, es el infierno.
-Eres una persona muy importante para mi, por lo que es seguro que me sienta muy mal si algo llegara a pasarte - le respondió con un tono suave, pero la respuesta no fue lo que sorprendió a su acompañante, cuando volvió a enfrentarlo pudo darse cuenta como unas lagrimas brotaban de sus ojos.
-Rui, gracias eso me hizo muy feliz - Umiko podría decir esta vez con seguridad que en este mundo desconocido también había alguien que la quería y que se encargaría de velar por ella y eso fue el mejor alivio que recibió.
*En otro lugar*
Un demonio de cabello negro y ojos rojos se encontraba en uno de los tantos espacios dimensionales creados para su protección, mientras observaba de forma desinteresada algunos documentos sobre la flor que podría concederle la inmortalidad, fue de repente interrumpido por una araña con cabeza de ser humano que se acerco a él.
-Señor tengo algo urgente que informar es sobre la quinta luna inferior - en otro caso Muzan hubiera matado al demonio responsable de invadir sus terrenos sin consentimiento, pero en vista de que estaba aburrido y de que ciertamente la información le llamo la atención y decidió escuchar antes de tomar cualquier acción.
-Te escucho, si no quieres morir más vale que sea algo de utilidad y no me hagas perder el tiempo - la araña tembló ante aquella amenaza y a pesar de que sólo fue enviada por el demonio que la convirtió en un ser desagradable, no podía hacer nada más que seguir sus órdenes, pero no era el único el hermano mayor de la "familia de Rui" que estaba controlando a ese mensajero también sintió un escalofrió recorrer por sus patas, sin duda también fue amenazado y no seria muy difícil matarlo con su propia sangre.
-Rui, le ha estado ocultando muchas cosas, entre ellas a una chica de sangre especial que puede detener el hambre de cualquier demonio - el de ojos carmesí frunció su ceño mientras apretaba su puño, primero quería confirmar aquello por lo que intentó establecer una conexión con aquella luna demoníaca, pero al instante fue rechazada, ante aquel singular y molesto acontecimiento, lo volvió a intentar otras veces, aun así el resultado fue el mismo
-Así que ha logrado romper los lazos como lo hizo Tamayo (Tendré que hacerme cargo, antes de que se vuelva una amenaza de la misma forma que esa mujer y de paso me gustaría conocer a esa niña) -Muzan mató al mensajero sin piedad alguna, aunque por esta vez decidió dejar pasar la indulgencia que cometió el demonio que lo envió para luego dirigirse al mundo humano, con el propósito de mandar alguno de sus vasallos que pueda encargarse de ese asunto, después de todo esa era su manera de actuar, evitando salir de sus propios escondites para no ser rastreado por los pilares y de esa manera asegurar su vida a costa de los demás.
Al mismo tiempo el demonio araña que había traicionado a Rui estaba temblando en una de las copas de un árbol, ya que al no poder predecir las acciones de esa persona no debía confiarse en el posible hecho de que no lo matarían, pero también sentía la necesidad de ganar su confianza para obtener su sangre y ser más fuerte, con el fin de no depender de nadie para sobrevivir, aunque tenía que admitir que ciertamente era una pena que ahora ya no puede comerse a Umiko, aunque quien sabe tal vez lo dejarían saborear un poco de sus restos después de que Muzan la coma o se la da a una de las lunas superiores.
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Dependent Bond DT(Rui x Oc)
FanfictionUna sensación desconocida invadió a Umiko cuando, siendo apenas una niña, murió con sus compañeros en un trágico accidente de avión. Sin recordar los acontecimientos posteriores, se encontró repentinamente en medio de un inmenso bosque, desesperada...