Una sensación desconocida invadió a Umiko cuando, siendo apenas una niña, murió con sus compañeros en un trágico accidente de avión. Sin recordar los acontecimientos posteriores, se encontró repentinamente en medio de un inmenso bosque, desesperada...
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La sangre que recorría desde los cuerpos de los dos cazadores a lo largo de los hilos, trazaban un camino hasta el suelo, creando un charco de sangre debajo, mientras comenzaban a escucharse el sonido de unos pasos que se acercaban hacia la pequeña Umiko que se encontraba indefensa y al borde del colapso, por lo que antes de que perdiera la consciencia lo último que pudieron distinguir sus ojos antes de cerrarse por completo fue la figura de una mujer adulta, cuya extraña apariencia le resultaba vagamente familiar.
En cambio la dama de cabellos blancos se quedó observando a la niña por unos instantes, hasta que sus labios se curvaron formando una sonrisa y con algo de brusquedad la alzó en sus brazos, llevándola hacia la cabaña donde vivía.
Con la esperanza de que ella podía ser la clave para librarse un tiempo de los golpes y maltratos de su "marido" junto a su sufrimiento, debido a que sí le ofrecía a Rui la sangre peculiar de la chica, este podría recompensarla y ayudarla a mantener bajo control a su "esposo" o eso era lo que ingenuamente pensaba ....
Un suave y delicado aroma de una vela perfumaba el aire, envolviéndolo en una atmósfera casi reconfortante. Este dulce aroma se mezclaba con el murmullo de voces que llenaban la estancia, creando una sinfonía de sonidos desconocidos para Umiko. Al principio, sintió cierto alivio al percibir varios sonidos a su alrededor, pero pronto se dio cuenta de que no reconocía ninguna de las voces. Además de que sus brazos se encontraban inmovilizados y sentía varias punzadas que la hicieron suponer que estaba atada con una soga, provocando un escalofrío de miedo e inquietud.
Reuniendo el coraje necesario para abrir los ojos, Umiko se encontró con la presencia de dos personas frente a ella. Una niña, ligeramente mayor y la mujer responsable de la muerte de Yoriko y su compañero, pero lo más inusual que ambas compartían eran sus rasgos físicos como las misteriosas marcas circulares en sus rostros y las pupilas de los ojos que le resultaban vagamente familiares...
Después de unos segundos, su mente pareció hacer clic al conectar todas las piezas del rompecabezas y se dio cuenta de inmediato en qué mundo se encontraba y sin embargo aún no podía creerlo
-(¡No puede ser verdad! ¡Estoy soñando!... pero definitivamente las doce lunas demoníacas y la apariencia de estas chicas) - pensó la niña atrapada en una sucesión de pensamientos contradictorios - (¡Esto debe ser una pesadilla!) - ella quería gritar, pero ningún sonido salió de su boca y poco después escuchó la puerta corrediza de la habitación abrirse
-¿Qué están haciendo ustedes dos aquí? ¿Por qué no están vigilando?
Cuando reconoció al chico que ingresó recientemente a la habitación, ya no pudo negar la cruda realidad a la que ahora pertenecía, mientras que recuerdos del accidente en el avión que los llevaba a Hokkaido comenzaron a resurgir, alimentando su desconcierto... lo que hicieron preguntarse si era posible que hubiera muerto en su mundo y de alguna manera, hubiera sido transportada a Kimetsu no Yaiba. Sin embargo, la pregunta que la atormentaba era ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
