Gladiator

Primero

Arthur se puso de pie en las murallas de Camelot, apoyado contra el balcón del castillo y contemplando el cielo nocturno.

Era una noche clara y había un frío en el aire. Apenas había llegado la primavera. Pasarían meses antes de que el calor del verano los acompañará. Por ahora él se envolvió con su capa, tratando de mantenerse abrigado. Si Camelot duraba hasta el verano, les iría increíblemente bien. Quedaban pocos otros reinos. La mayoría ya habían caído en manos de Essetir y ahora estaban bajo el gobierno del Rey Cenred.

Cenred y su ejército de usuarios de magia. Camelot no tenía ningún usuario de magia en su ejército. El Rey Uther Pendragon había prohibido el uso de la magia en su reino dos décadas antes. Había pensado que haría fuerte a Camelot. Ahora, frente a un ejército contra el que no tenían defensa, Arthur pudo ver que su padre los había debilitado.

Lo peor fue la espera.

Todos sabían que Cenred vendría por ellos. El Rey de Essetir no había ocultado sus ambiciones. Tenía la intención de unir a Albión bajo su único gobierno y no le importaba cuántas personas inocentes murieran para lograr ese fin. Caerleon fue el último en caer, el rey había derrocado a su predecesor y tomado el trono por la fuerza él mismo, luego, arrogantemente, nombró al reino con su nombre. Probablemente fue justicia de alguna manera retorcida.

A Arthur no le había agradado Caerleon, pero lamentaba saber que el reino de Cenred estaba creciendo. Nemeth y Gawant, ambos buenos amigos de Camelot, habían caído unos meses antes. Se rumoreaba que la princesa Elena de Gawant había logrado escapar de la masacre de alguna manera y estaba escondida. El rey, su padre, no había tenido tanta suerte pero nadie sabía adónde ella había huido y él se había declarado conquistador y rey. Como siempre lo hacía.

La Princesa Mithian de Nemeth también había escapado, pero se sabía que había llegado a uno de los reinos del norte y estaba protegida ahí. Eso no impidió que Cenred se declarará como Rey de Nemeth y Gawant.

Su ejército saldría de la oscuridad.

Arthur había escuchado las historias de personas que huyeron de otros ataques. Sería tranquilo y pacífico, y luego, de la nada, una lluvia de hechicería golpearía la tierra, matando y mutilando a cualquiera en su camino. Silencioso, como lo era esa noche y luego el terror surgiría de la oscuridad.

Un ligero paso detrás de él lo despertó al hecho de que ya no estaba solo. Se enderezó y se volteó para encontrar a Lady Morgana acercándose. Parecía preocupada, también podría estarlo.

"Arthur"