Sexto

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En las celdas individuales, Arthur descubrió en su segunda noche como gladiador, eran solo para los ganadores, y solo a la noche siguiente a su victoria.

La mayor parte del tiempo, él y sus compañeros de lucha dormían en grandes dormitorios y en grandes grupos juntos. Era bastante lúgubre. Se oían ronquidos y pedos, y el aire era más denso y pesado que nunca. Al menos Leon, Galahad y él habían sido aceptados por Gwaine y sus amigos y dormían en el mismo dormitorio con ellos. No era que no fuera tan repugnante como fuera posible cuando se trataba de eructar y tirarse pedos, y el hombre nunca dejaba de hablar, pero eran todos amigos y eso lo hacía soportable. Percival también se había unido a ellos. Al parecer, conocía a Lancelot de sus vidas anteriores y dado que Arthur había elegido no matarlo en la arena, él también estaba predispuesto a agradarle.

A Mordred, afortunadamente, le habían asignado uno de los otros dormitorios. Había continuado poniéndolo nervioso durante la mayor parte del día y fue un alivio no tener que ver al hombre mirándolo más.


"Obviamente, este es el dormitorio de élite" exclamó Gwaine tan pronto como se instalaron. "Ustedes cuatro deberían considerarse afortunados. Tomo cerveza, hidromiel... cualquier tipo de brebaje realmente como un soborno para mantenerlos aquí"

"¿Por qué hay camas de repuesto aquí si es tan bueno?" preguntó Galahad inocentemente, sentándose en el borde de la cama que le habían asignado.

Leon le lanzó una mirada, pero ya fue demasiado tarde.

"Anteriormente habrían estado ocupadas por algunos de esos voluntarios que ayudaron a matar a mi padre, ¿verdad?" exclamó Arthur.

Arthur miro a Gwaine, quien al menos tuvo la decencia de parecer incómodo.

"Algunas. Esa en la que estás estaba vacía de todos modos, Arthur. Es mejor no pensar en eso. Todos dormimos en camas de muertos. Y un día alguien más dormirá en la nuestra" Gwaine se animó al pensar en ello. "Aunque la mía será buscada. La cama de la suerte. Anteriormente propiedad del noble Sir Gwaine, famoso por su legendaria habilidad con la espada. ¡Ganó su libertad, se casó con la hermosa Ellie y luego se retiró a una granja para criar gallinas y toda una legión de niños!"

"Pobre Ellie" murmuró Elyan, y todos se rieron.

Continuaron en la misma línea, y Arthur comenzó a desconectarse. A él le agradaba esa gente. Gwaine, Elyan, Lancelot y Percival. Todos eran luchadores justos, valientes y excelentes. En otro momento, con mucho gusto los habría tomado a todos como sus caballeros pero por ahora, esos días parecían haberse ido.

Pero no se iba a rendir.

Se sentó en silencio, observándolos a todos. Había sido obra de Merlin, hablando bien de Leon y de él mismo. Y Kay, aunque ese valiente caballero ya no existía. Galahad se había unido a ellos por asociación para que todos los caballeros de Camelot restantes estuvieran juntos. Aún no había señales de Bedivere, y Arthur sabía que tenía que suponer que el caballero estaba muerto. Entonces, solo quedaron los tres de todos los caballeros de Camelot. Fue un golpe amargo. Se sentía como si no le quedará nadie.


Merlin, por supuesto, todavía no había regresado. Arthur sabía que probablemente nunca lo haría y que no era seguro, pero eso no le impidió desear poder pasar la noche abrazándolo de nuevo. Había sido dulce, al menos hasta que se despertaron, pero tenerlo ahí con él había hecho que lo que hubiera sido una noche insoportablemente infeliz fuera un poco más soportable. También se preocupaba por su seguridad.

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