Capítulo 4

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Jungkook mentiría si dijera que estar yendo por segunda vez a su antiguo instituto le alegraba. Porque absolutamente no era así.

De hecho, ¿Quién lo mandaba a estar haciendo esto en primer lugar?

Podría haberle dicho que no a su tío y al pesado del director Lee y listo. Asunto terminado.

Pero no.

Su aura protagonista y sus fervientes ganas de ser recordado entre los estudiantes fueron más fuertes.

Porque aunque no lo quisiera admitir, volver a la escuela en la que fue el centro de atención para tantos ojos promedio le hacia sentir extremadamente bien. Más de lo que le gustaría.

No comprende del todo su notable madurez para algunas cosas y la falta de ella en tantas otras, supone que de eso se trata crecer.

¿Por qué le importaba tanto lo que pensaran de él?
O más bien, ¿Por qué disfrutaba ser el foco de atención de tantas personas que en realidad no le interesaban en lo más mínimo?

Seguramente esas respuestas las encontraría luego de un par de exhaustivas sesiones de psicoanálisis, a las cuales - por el momento- no asistía. Tampoco es como si quisiera tenerlas, para ser honestos.
No es que no creyera en la terapia o algo como eso, simplemente le causaba rabia cumplir con los desinteresados "Resuélvelo con el psicólogo Jungkook" de sus padres.

Tenía mala cara, psicólogo.

Le fue mal en un exámen, psicólogo.

Salía mucho de casa; psicólogo.

No salía por un tiempo...oh espera,¡Sorpresa! Psicólogo.

No tengo nada que resolver, mi problema son ustedes- se repetía a sí mismo mientras que una sonrisa quebradiza brotaba de sus labios al escuchar tales indiferentes palabras de personas- que según tenía entendido- debían brindarle amor en grandes cantidades.

Jungkook era consciente de la importancia de los psicólogos, definitivamente no estaba subestimándolos. Pero hay ciertas veces que para él la respuesta no siempre es la terapia. No siempre quiere hablarle a un desconocido sobre sus estudios, inseguridades o traumas.

A veces-sólo a veces- lo que necesita es una charla con sus padres. Que lo escuchen. Que lo aconsejen. Y si por alguna razón no saben qué decirle, con escucharlo y validar sus sentimientos le basta y sobra.

No puede creer que el frío que su padre posee en su interior sea producto de la calidez abrasadora que se albergaba dentro del alma de sus adorados abuelos.

Pero si hay algo que tiene en común todo el árbol genealógico Jeon, son las ganas de aprender y la perseverancia.
Cualquier integrante poseedor de ese apellido lograba todos y cada uno de los objetivos que se propusiera, refugiándose bajo un gran manto de tolerancia y esfuerzo, aparentemente heredado de sus antiguos ancestros.

El padre de Jungkook no era la excepción a esa premisa pues, junto a su esposa, lograron convertirse en importantes empresarios en el mundo de las máquinas -en especial expendedoras de golosinas y de café- apropiándose del puesto número uno por sobre el resto de las empresas coreanas dedicadas a vender este tipo de maquinarias en la industria.

La lógica de Namjoon era sencilla: " Tus padres pueden prestar una máquina de café al instituto. Más bien, pueden prestar una máquina de esas a los de último año. Ya sabes, todos saben lo mucho que se quejan del kiosco y buffet estando llenos de adolescentes hambrientos capaces de matar por un sandwich, mientras que ellos, los  muy civilizados, sólo quieren tomar un buen capuchino a media mañana. Podemos hacer un acuerdo simple: Una máquina de café por lo que resta del año en su curso a cambio de tres o cuatro voluntarios para coordinar el campamento. De hecho creo que hasta podríamos lograr seis voluntarios por esa máquina, ni siquiera tendríamos que ir nosotros"

Just Three Days| KookV- VkookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora