Parte Cinco.

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Los dos se pusieron de pie de inmediato. Bakugou aún sosteniendo la cintura de Todoroki cuando salieron a la avenida principal y escucharon gritos de terror seguido de mujeres y hombres apuntando al cielo.

¡Va a estrellarse! ¡Alguien ayudarla!

¡Saquen a las mujeres! ¡Corran!

El bicolor no entendía que pasaba hasta que miro hacía el cielo y ahogo un jadeo de horror, un dragón de escamas negras se tambaleaba en el aire y parecía intentar con todas sus fuerzas no caer al suelo dónde estaba la gente, sus grandes alas causaban vientos que hacían a las personas tropezar y a los niños gritar en pánico.

—Jodida mierda, es Jiro —exclamo el cenizo a su lado —Quedate aquí, ¡no te atrevas a moverte!

— ¡Bakugou!

El menor contuvo un jadeo de impresión cuando vio al cenizo dar un salto hacia arriba, con su majestuosa capa en su espalda y alcanzar al dragón en el cielo, ¡fue lo más increíble que hubiera visto! ¡era una distancia impresionante la que había pasado de un solo salto! ¡¿qué tipo de ser humano era él?!

Aunque si se ponía a pensar que tenía sangre de dragón corriendo por sus venas era una explicación lógica que pudiera hacer aquellas cosas. No obstante, verlo pelear con un dragón fuera de control lo tenía angustiado y se tuvo que salir de su escondite para seguirlos por tierra.

Algunos hombres intentaron detenerlo en su recorrido pero el menor los esquivaba con facilidad y en el peor de los casos, golpeó a un par para que le dejarán seguir persiguiendo al cenizo y al dragón que estaba cada vez más y más cerca de tocar el suelo. No sabe cómo el de ojos rojos estaba guiando a la bestia hasta una arena vacía, donde un grupo de mujeres con una vestimenta particular estaban entrenando con lanzas e hizo que logrará aterrizar ahí pero arrastrando su estómago contra la arena por unos metros.

El menor observó que Ashido estaba al frente del grupo de mujeres y les daba órdenes —en su idioma pero pudo distinguir un par de palabras— para que se mantuvieran lejos.

El dragón negro empezó a echar humo y desaparecer, en señal de que estaba volviendo a su forma humana y el bicolor llego justo en el momento donde una delgada y pequeña mujer de cabello azabache, con el estómago sangrando, se hizo presente ante todos. Pero no estaba sola, en su espalda cargaba a una persona, otra mujer que él pudo reconocer aún si sus ropas eran un desastre y su cabeza estuviera llena de vendajes sucios.

Era Yaoyarozou Momo. Una líder de una pequeña ciudadela llamada Creati que tenía tratos comerciales con su reino. De familia de caballeros pero con un espíritu político, ella se había vuelto una de las únicas mujeres en el mundo en conseguir un estatus social elevado por su cuenta, siendo casi considerada como una condesa o marquesa por su gente.

Shoto la admiraba bastante, tenían una buena relación ya que Enji le permitía tratar los acuerdos comerciales con ella, ya que tenían la misma edad. A la vez, siempre tuvo la sospecha de que también quería que la cortejara pero ahora no podía estar seguro de nada.

Eso sí. Aún si era una amistad basada en los beneficios de la ciudadela y su reino, se preocupaba por la azabache, así que no dudo en cortar la distancia hacía donde estaba ella, la mujer dragón y el de ojos rojos.

Katsuki emanaba un aura peligrosa y hostil y sus ojos fueron dagas cuando se dirigieron a él.

—Te dije no te fueras de dónde estabas —gruño en su dirección.

—La conozco. Déjame ayudarla —pidió el bicolor con un tono angustiado —Por favor.

El cenizo soltó otro gruñido pero retrocedió dos pasos y lo dejó acercarse a ellas. Mina también había llegado, con una mirada llena de preocupación viendo hacía la pequeña azabache que tenía sus ojos en la otra mujer y aunque se acercó para ayudarla, ella se mantuvo lejos.

El Festival de los Dragones [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora