Habían pasado ya varios meses desde que Tyler y yo habíamos terminado.Debo de admitir que, el dolor que sentí por su ausencia, no se comparaba con otros sentimientos realmente fuertes que yo ya había tenido, supongo que por eso, no caí en un hoyo gigante del que se me dificultará salir.
-Hey! Jun, ¿quieres venir a mi casa este fin de semana?-pronunció la chica de cabello color azabache que se encontraba caminando hacía mi.
Normalmente perdía el conocimiento en algunas cosas cotidianas que yo hacía, parecía que sólo lo hacía en automático, sin pensarlo demasiado.
Por este motivo, sin darle mucha importancia, me encontraba en los pasillos de la secundaria a la que yo asistía, eran los últimos meses antes de la graduación, realmente todo fue muy efímero.
Recorrí mi mirada otra vez a la chica de ojos café oscuro igual que su cabello, ella también no había tardado en desarrollarse, y en especial en los lugares correctos, apesar de que ella era muy tímida por su complexión robusta, a mi realmente me parecía bonita, solo que por su timidez, no tenía contacto con muchos chicos, de todos modos ella estaba trabajando en eso, por mi parte la timidez se le quitaba poco a poco, había notado un gran cambio desde la primera vez que nos conocimos, a decir verdad, un cambio muy grande.
Antes tenía su cabello tan lacio y largo que le llegaba abajo de la cintura, pero hace unos cuantos meses, ella decidió cortarlo, hasta arriba del hombro y teñir las puntas de un color morado opaco, vaya que me puse feliz por ella, era un cambio notablemente distinto, y no sólo lo decía porque días antes está misma se había echo unos cuantos piercings en sus bonitas orejas, y su adorable piel blanca, era lo que más envidiaba de ella
-Claro! ¿A que hora?-le respondí, recordando que ella seguía ahí.
-No lo sé ¿A qué hora te dejarían? -dijo Tabatha mientras está sostenía una libreta en sus manos, mis padres tal vez no eran los más estrictos, pero en realidad si llegaban a serlo, tenía que avisarles donde, con quien y a que hora saldría, y por supuesto ellos me dejarían en aquel lugar.
-Supongo que mi mamá me irá a dejar, yo creo que a las 5 está bien.
La campana hizo eco en todos los pasillos de la secundaria, indicándonos que era hora de entrar a nuestra primera clase.
Tabatha y yo, nos dirijamos con tranquilidad hacía el salón de clases, y nos sentamos en nuestros respectivos lugares, para mi suerte, Tabatha y yo estábamos juntas porque en la lista de alumnos nuestros nombres quedaban uno después del otro.
Las clases fueron tan agobiantes para mi misma, mis ojos estaban tan cansados que temía que se cerrarán en cualquier momento y la profesora se diera cuenta de esto, realmente estaba cansada, apesar de que días anteriores lo único que yo había echo era dormir, mi energía no era suficiente como para querer poner atención en las clases, o si quiera tomarles importancia, realmente mi mente divagaba la mayor parte del tiempo, apesar de que miraba hacia el pizarrón, por eso las clases se me hacían tan malditamente lentas.
Dirigí mi torso de manera que se volteara hacía atrás para poder visualizar a Tabatha sentada detrás mío.
Como siempre, quedaba fascinada por los dibujos de esta, siempre supuse que tenía un talento realmente bueno en esto, desde el primer dibujo que yo vi de ella, y así, me volví fan de su arte.
A ella le encantaba escribir cómics de su vida, y por mi parte, me encantaba leerlos, por esta razón, ella era una de mis mejores amigas, éramos muy unidas.
-Cuando escriba mi primer libro, serás la primera en ilustrarlo, estoy segura de eso, yo escribiré las historias, y tu las ilustraras. -dije con una sonrisa cálida en la cara.
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𝙀𝙨𝙩𝙧𝙚𝙡𝙡𝙖 𝙙𝙚 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 ® [Borrador]
Teen FictionLa vida se sentía como cuchillos desafilados. Cuchillos desafilados que tuercen mi columna, Cuchillos desafilados que me hacen perder la cordura, Cuchillos desafilados enterrados en mi mente, donde se sienten como fuego atrapado desde el interior ...