Los últimos días antes de ver a Tabatha pasaron de una manera lenta y agonizante, no soportaba eso, no soportaba estar en clase, tal vez era porque me sentía tan mal, y nadie lo notaba, no los culpo, yo jamás lo di a entender, y cuando lo hacía, no lo controlaba.
No quería que pasara, solo sucedía, de un momento a otro estaba en el fondo del salón ahogandome en sollozos enfrente de Ophelia y Tabatha.
Tenía más amigas, en realidad no se si llamarlas así, ellas se alejaron en el momento en el que yo estaba perdidamente atraída por aquel famoso chico de cabello castaño oscuro, supongo que las harté, realmente no era nada nuevo, todas se quejaban de que mi único tema de conversación fuera él, no siempre, pero la mayoría del tiempo me veían diciendo "¿Porqué tiene que ser así?", la única a la que parecía no molestarle era a Ophelia, ella siempre se quedó escuchandome todo el tiempo y consolandome porque no podía llamar la atención del castaño.
Realmente odiaba que me tuviera que pasar eso, pero en ese momento solo quería ser yo misma y mostrárselo a las personas a mi al rededor, y precisamente haciendo esto, todo el mundo se alejo.
Incluso Tabatha.
Al final solo fuimos Ophelia y yo sentadas atrás de los salones de computación almorzando, esos momentos donde yo todavía almorzaba.
Nostálgico.
Había otra chica con la que era muy unida pero no almorzabamos juntas, tampoco me acompañaba a mi casa, y realmente no interactuabamos mucho, pero aunque no habláramos, sabíamos ambas que nos entendíamos, que nos apoyabamos y que estaríamos ahí, y eso fue exactamente lo que pasó, nos ganamos una confianza de la otra realmente buena.
Ella realmente a mí ojos era muy bonita, tenía marcas de acné en el rostro como cualquier adolescente, a ella se le notaban más, pero realmente no importaba, después de todo, era muy normal.
Ella tuvo un gran cambio, igual que Tabatha, está tenía el cabello largo y de un café chocolatoso, pero hacía unos pocos meses atrás, ella se lo corto, un corte que realmente le quedaba muy bien, arriba del hombro, casi igual que Tabatha, solo que el suyo era un poco más dulce y esponjoso
Sus labios no eran los más gruesos pero tampoco los más delgados, tenía esa complexión normal, no extremadamente delgada, pero tampoco para llamarla robusta.
Tenía unos ojos medianos y expresivos, muy lindos, y de ese lindo color esmeralda oscuro que adoraba.
No teníamos la piel perfecta, nuestra cara no era la más perfilada, y nuestra nariz no era la más respingada.
Annlynn, era el nombre de aquella chica que me apoyaba y me escuchaba siempre, aunque de cariño le decía Ann, me gustaba como sonaba, ella me puso de apodo "Soulmate" y esto me pareció algo tan especial y tierno de su parte, apesar de que no éramos unidas respecto a otras cosas, ella sabía cosas muy personales mías.
Fue la primera en saber, una situación que por mi parte todavía no superó.
Ella fue la primera en saber aquello, y la primera en encargarse y hacerme saber que no era culpa mía.
Ann junto con Ophelia, eran las únicas chicas que realmente jamás las vi hartas de escucharme hablar del castaño, jamás en sí las vi hartas de mi, realmente ellas nunca me lastimaron de ninguna manera, ellas eran muy parecidas, aunque eran de mundos totalmente diferentes.
Ambas sabían lo que era la empatía y desde mi perspectiva eran realmente sinceras y con un corazón noble y lleno de bondad en ellos.
Apesar de que ambas habían pasado por situaciones extremadamente graves.
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𝙀𝙨𝙩𝙧𝙚𝙡𝙡𝙖 𝙙𝙚 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 ® [Borrador]
Novela JuvenilLa vida se sentía como cuchillos desafilados. Cuchillos desafilados que tuercen mi columna, Cuchillos desafilados que me hacen perder la cordura, Cuchillos desafilados enterrados en mi mente, donde se sienten como fuego atrapado desde el interior ...