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Aquel día también habían tenido gimnasia, atletismo, concretamente. Todos y cada uno de los músculos de Felix se resentían a cada paso que daba.  Entró al vestuario y arrugó la nariz con desagrado, allí apestaba a alfa sudoroso, y el dulce aroma de Hyunjin no estaba ahí para camuflarlo; el profesor le había mandado a recoger el gimnasio.

Seguro que lo único que quería era ver cómo el omega se agachaba a recoger los conos de circuito. Felix gruñó ante esa idea. Abrió su taquilla y sacó su bolsa de deporte, se quitó la camiseta y la cambió por una limpia, después hizo lo mismo con los pantalones.

—Ya lo creo, es increíble.

La voz de Choi San llegó a sus oídos desde un par de taquillas de distancia. Hablaba animadamente con Song Mingi, un beta que solía rodearse de alfas y que no le caía demasiado bien a Felix.

—Es el omega perfecto, casi de ensueño. Es dulce, es atento y tremendamente guapo. — dijo el beta.

—Y, no nos olvidemos, de que está buenísimo. ¿Ese culo es normal en un chico? No puedo mirar a otro lado cuando corremos.

Los dos amigos rieron socarronamente y Felix apretó los puños. No podían estar hablando de quién él creía que estaban hablando.

—¡Ya te digo! Hyunjin volvería loco a cualquiera, cómo me gustaría marcarlo y poder folla...

Oh sí, lo estaban haciendo.

Felix cerró la taquilla con tanta fuerza que hizo vibrar todas las demás. El vestuario se sumió en un pesado silencio. Lentamente, como un lobo acorralando a su presa, se acercó a los otros dos chicos que le miraban con una mezcla de curiosidad y temor. Destellos rojos manchaban las negras pupilas del alfa. Lee Felix estaba enfadado de verdad.

—Me gustaría formar parte de su conversación, ¿de quién hablaban?— preguntó con la miel bañando sus palabras. Era una trampa.

—De... de Hwang Hyunjin. — respondió San temeroso.

Nunca había hablado con Felix, nadie lo había hecho en realidad. Bueno, nadie excepto Hyunjin. Tragó saliva en cuanto se dio cuenta de que la había cagado pero bien.

—Ah, sí, Hyunjin. Es un gran omega, ¿verdad? ¿Qué decías que te gustaría hacerle, Song?— volvió a preguntar, apretando la mandíbula y mirando a Mingi con fingida curiosidad.

Felix era la aparentemente inofensiva Venus Atrapamoscas que esperaba pacientemente para devorar a su presa.
El beta retrocedió un paso asustado. Todas las historias que habían escuchado sobre Lee Felix se reproducían en su cabeza como pequeños y terroríficos sketches, en ese momento, el imponente alfa se cernía sobre él con furia homicida dibujada en su rostro.

Ninguna de aquellas historias eran cierta, pero Felix estaba dispuesta a hacerlas todas realidad con aquellos dos imbéciles que habían mancillado el nombre de Hyunjin.

¡Sólo él podía fantasear con el omega!

¡Sólo él podía mirarle!

—Na-nada... solo...

El alfa interrumpió la trémula respuesta dando un fuerte golpe a una de las taquillas. El estridente sonido metálico heló la sangre de todos los que estaban presenciando aquella escena.

—No quiero que ninguno de ustedes vuelva a hablar de Hwang Hyunjin como si fuera un trozo de carne, ¡¿me han escuchado?! Ninguno está a la altura siquiera de la jodida suela de sus zapatos.— bramó con furia.

𝐈𝐍𝐓𝐎𝐂𝐀𝐁𝐋𝐄|hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora