Los Jinetes Del Apocalipsis.

Matanza segunda parte.

Los personajes no me pertenecen le pertenecen a Kohei Horikoshi  historia AU.

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-Los humanos, son personas que se pelean por poder, héroes o villanos cual es la diferencia, seres peleando por supremacía en un mundo lleno de gente hipócrita.

-Si te diera la oportunidad de cambiar eso, en un mundo donde no existan guerras, un mundo donde todos sean libres, aceptarías.

-No tienes que responderme en este momento.

-Yo te buscare.

-Siempre estoy viéndote.

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Abrió los ojos con dificultad, y los volvió a cerrar, se sentía muy cansado y las sábanas que lo acogían se sentía tan bien, miro su reloj de mesa y se dio cuenta que ya era tarde, que raro, se pregunto puesto que el alado siempre lo despertaba, rápido pensó que estaría haciendo el desayuno, así que rápido de aseo se baño y cambio, para salir rumbo a la cocina, al llegar se percató que no había nadie, fue a la habitación de este, entro y solo miro una cama bien tendida un bote de KFC vacío que ahora era utilizado como recipiente para los cepillos del alado, había pequeñas plumas que estaban adentro de un contenedor de vidrio, toda esa habitación estaba bien arreglada como si nadie hubiera entrado en ella, se dirigió al armario, estaba cerrado eso no le impidió que forzará su cerradura, y fue como si todos los recuerdos golpearan su cerebro.

adentro se encontraban fotos, fotos de todos, la liga los predecesores de Eri de el, pero, no eran recientes eran de hace años, tenía una con su madre y padre, a Eri cuando era bebé, a Chisaki cuando estaba en las calles, a Tomura cuando aún tenía el cabello negro, no entendía, como no se dieron cuenta antes, Hawks los traicionó.

Se derrumbó en ese suelo frío y apretó su pecho con dolor, Hawks los traicionó, el sabía todo de ellos, sabía quiénes solían ser, de dónde eran, sus fortalezas y sus debilidades lo sabía todo, el les mintió.

- Asegúrense de no morir- fue lo que dijo, que mentiroso fue, el jamás lo quiso, dijo que siempre estaría a su lado y ahora dónde estaba, el los traicionó, sintió como sus ojos comenzaban a derramar lágrimas, escucho algo y se giró.

El ojimiel estaba parado en la puerta, sus ojos rojos e hinchados delataban su estaba y sumando las bolsas que cargaba bajos sus ojos, asumió que estaba igual que el, y sin pensarlo se aventó a sus brazos.

-El nos mintió, nos traiciono- se aferró a las ropas del ojimiel, el cual no aguanto el peso haciendo chocar sus rodillas con el suelo.

Chisaky levanto la vista, no fue hasta que vio todo, su ropa sus cosas su cama, que lo entendió todo, aquella pequeña mata de pelo verde que se aferraba a él y el resto de lo que quedaba de sus subordinados que lo miraban desde el pasillo, solo eso vasto para que se quebrará, sus lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, al igual que la infante que se aferraba al peliceleste, el no regresaría, el les falló, el era el que tenía que haberse ido, ese era el plan, pero al parecer hasta en eso era un fracasado.