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Respiro profundo una vez más. Inhalo, llevando el oxigeno hasta lo mas profundo de sus pulmones, exhaló, liberando con suavidad el aire a través de sus labios.
Estaba tan nervioso.
Aun tratando de buscar la forma de relajarse y no dejarse llevar por la ansiedad del momento. Era realmente inevitable. Ese día era el día de su boda.
Se iba a casar. Estaba a horas de dar el sí en el altar, junto a su persona amada.
Había tantos planes juntos por hacer a futuro.
Casarse era el siguiente, dentro de los eventos más próximos.
Luego estaba la luna de miel, continuar progresando en sus trabajos, fundar una organización de protección de animales marinos, viajar por el mundo, adoptar alguna mascota y ¿Por qué no? Tal vez, adoptar un hijo.
Llevo ambas manos hasta sus mejillas, golpeándose el rostro varias veces.
Su mente estaba volando demasiado rápido en ese momento.
Aun no era tiempo de preocuparse por todo lo que venía. Justamente recordó una de las frases de su prometido.
—No vivas en el futuro, vive en el presente. Todo se dará solo.
Sintió sus mejillas arder, ante aquel recuerdo, sus bellas palabras que lograban calmarlo y era justo lo que necesitaba en ese momento para estabilizarse.
Tras eso, escuchó el golpetear de alguien contra la puerta de su habitación.
—Ukyo-chan ¿puedo pasar?
—Adelante, Gen —se giro en el asiento, para recibir al otro.
La puerta se abrió, y la persona detrás asomo primeramente la cabeza, con una suave sonrisa se percató si el novio ya estaba listo.
— ¿Estas listo para partir?
—Sí...aunque sigo bastante nervioso —desvió la mirada, rascando su mejilla. Aun podía sentir su corazón palpitar con fuerza. Y vaya que era algo molesto, dado a su perfecta audición.
—Es normal sentirse nervioso en este tipo de situaciones —Gen, su viejo amigo había ingresado a la habitación y comenzó a hablar, para darle palabras de aliento—. Así me sentí yo cuando me casé con Senku-chan.
—Todavía lo recuerdo, te negabas a bajar del auto por el ataque de pánico que te dio —el chico de ojos verdes soltó unas risas al recordar eso.
—Jeje, es verdad —algo apenado por esa escena escandalosa que hizo. Todo el mundo se burló de él después, incluido su marido—. En fin, no es como si Ryusui se fuera a arrepentir de su decisión o dejarte plantado ¿sabes? Me dijeron que el ya va en camino.
—Entonces llego el momento —respiro profundo y dejo largar un suspiro, se levantó de su asiento y reviso una vez mas su imagen en el espejo de su tocador. El traje de la marina, no el uniforme de siempre, si no su versión formal y elegante, color grisáceo, asemejaba un poco al color blanco de un vestido de novia. Y el ramo de azucenas que descansaba en el mueble, lo tomo entre sus manos.
—Te falta esto —Gen se acercó y tomo entre sus manos el velo que cubriría su cabeza. Ukyo entendió y agacho la cabeza, siendo ayudado a que le colocaran la última prenda.
Una vez listo, ambos salieron en dirección al auto, donde el chofer les esperaba para llegar al altar que se había improvisado en la orilla del mar.
El mejor lugar donde ambos podrían casarse era en la playa, con la vista del mar, el lugar que los vio nacer y crecer a ambos, y donde sus caminos se cruzaron para verlos hoy, unir esos caminos para siempre.
El chico miro por la ventana el paisaje, el sol ya estaba empezando a descender, por lo que, cuando ambos, Ryusui y él ya fueran oficialmente esposos, les iluminaría los colores cálidos del atardecer.
Al arribar, los dos notaron que todo esta listo, solo faltaba que llegara el actor principal del día. Gen se despidió momentáneamente y se fue hasta el lugar que esposo le reservó. Ukyo camino hasta posicionarse en la entrada donde tendría que caminar para llegar hasta su prometido.
Ukyo no tenia familiares, así que atravesaría por los arcos de flores él solo. Las filas de sillas, con amigos y compañeros del trabajo, felices por ellos dos. Miraba discreto a cada lado, sonriendo a todos, a pasos lentos, al agarre de sus manos en el ramo cada vez mas apretado, conteniendo los nervios en la boca de su estómago. En las primeras filas, estaba la familia Nanami, presentes en la boda de su hijo, a ellos igual les sonrió, por cortesía, aunque había cierto tema delicado ahí.
Un par de metros y Ryusui se giró, ansioso de verlo.
Sus miradas se cruzaron, azul y verde, como los colores del agua en el mar. Ahogados en el sentimiento de amor que se tenían. De pronto sintió un escozor en sus ojos, ya quería llorar.
La mirada que su prometido le dedicada era demasiado para él. A veces creía que no era merecedor de tanto amor y cariño, y llegaba Ryusui a derretirle con aquellos bellos ojos azules.
Este le tendió la mano, ayudándole a subir los pequeños escalones que los elevaban a vista de los demás. Colocándose de frente a él, la persona que jamás soñó pero que ahora anhelaba todas las noches a su lado.
Ryusui portaba un traje azul, con camisa blanca y solamente usando el chaleco en la parte superior. Su cabello rubio, largo, sujetado en una coleta detrás. Pero la parte que le hacia ver mas guapo aquel día era su sonrisa, junto a aquella mirada.
Por Dios, es que le era imposible dejar de verle. Lo amaba demasiado.
La ceremonia empezó y todo el mundo presto completa atención, un pulcro silencio solo siendo interrumpido por las palabras del sacerdote y el rugido del mar en el fondo. Conforme pasaban los minutos, los nervios que sentía iban desapareciendo, su corazón igual seguía latiendo con rapidez, pero esta vez de la emoción y la felicidad que le embargaba.
Su mano derecha, junto a la izquierda de Ryusui, siendo apretada de vez en vez, sus miradas, de soslayo, mirándose traviesas junto a pequeñas sonrisas tímidas.
Y entonces, la hora fijada por fin se cumplió.
—Yo, Nanami Ryusui, juro amarte, protegerte y cuidarte todos los días de mi vida, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso. Juro amarte más allá de que mi vida se extinga y solo sea reducido a cenizas. Por la eternidad, seré siempre tuyo.
Después de aquel discurso, coloco el anillo en el dedo de su pareja. Era el turno de Ukyo.
—Yo, Saionji Ukyo, juro amarte, protegerte y cuidarte todos los días de mi vida, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso. Juro amarte más allá de que mi vida se extinga y solo sea reducido a cenizas. Por la eternidad, seré siempre tuyo.
Tras dar sus votos, fue su turno de poner el anillo en la mano de su ahora esposo.
Unas palabras finales del que presentaba la ceremonia y ambos, unieron sus labios, sellando sus promesas de amor, ante los aplausos, exclamaciones y el vitoreo de los presentes.
Ryusui le atrajo y sostuvo de su cintura, Ukyo, correspondiendo al contacto, sosteniéndose de los brazos del rubio. La felicidad reflejada en sus rostros, en sus sonrisas y el brillo de sus miradas. El brillo del atardecer iluminando sus figuras. Los demás, fotografiando la escena.
—Te amo tanto, Ryusui.
—Yo te amo mucho más, Ukyo.
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Declaro inaugurado el inicio de esta semana dedicada a uno de mis ships favoritos de Dr. Stone, el Ryukyo, todo bonito.
Créditos de la imagen: @__aslanj.98 en instagram y twitter como
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Ryukyo Week 2021 [Dr. STONE]
FanfictionParticipación en la Ryukyo Week 2021. Pareja: Nanami Ryusui x Saionji Ukyo Anime/Manga: Dr. STONE Los personajes son creación de Inagaki Riichiro y Boichi. Los créditos de las imágenes utilizadas tanto en portada como en multimedia es a @__aslanj.9...