La Noche avanza Conmigo.

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•DOUMA•

Regresar junto a Almond rumbo al templo resultó ser mucho más complicado de lo que yo pensaba.
Primeramente, las palabras de éste hombre en mí cabeza me revolvían el estómago de una manera tan asquerosa y repugnante que ni siquiera yo podría describir, tomando en cuenta que soy un hombre bastante sanguinario.

A la noche siguiente del encuentro junto a las demás Lunas Demoníacas, Almond y yo decidimos salir a despejarnos un rato a unos cuantos bares y casas de té. ¡Oh no! ¡Nada de requerir servicios exóticos! Con Almond a mí lado, ninguna mujer me interesaba en lo absoluto, además de que incluso consideré únicamente alimentarme de hombres, aunque eso es otra historia distinta.

Almond jamás había estado en éste sucio lugar antes. Me hervía la sangre al mirar hombres que le ponían el ojo encima, otros que le devoraban los muslos con la mirada; uno de ellos incluso intentó acercarse a ella y sentar plática. Naturalmente, intervine besándola inesperadamente haciéndole el simpático y falso comentario de que nuestros hijos aguardaban por nosotros cerca del camino. ¡El gesto de aquel hombre fue tan gracioso! ¡Los humanos pueden ser tan imbéciles y manipulables!
Horas después de ello, llegamos a un bar de la zona en el que ambos bebimos y comimos. Ella consiguió embriagarse enseguida, y debo decir que sus mejillas rojas es una de las pequeñas cosas que más me fascinan de ella. Es la primera vez que la veía embriagarse a tal grado que se abalanzó contra mi y comenzó a llenarme el rostro de besos, ríe demasiado y todo le hace gracia. Es una mujer tan emotiva y dulce que nadie podría resistirse a sus encantos, ni siquiera yo pude hacerlo, y eso que yo no sabía nada acerca de sentimientos y emociones.

Pagué y nos retiramos enseguida.

Llegamos de vuelta a la casa de té en la que adquirimos una habitación del tamaño de tres tatamis. Transportaba a Almond en mí espalda, el alcohol se le había subido exageradamente y tuve que forzarle a retirarnos porque aún quería beber más. ¡Cómo aguanta bebiendo ésta mujer!

Le recosté con cuidado en el futon y traté de arroparla. Cuando me volví para retirarme la pieza del torso sentí que alguien me llevaba de encuentro sobre el suelo de manera tan ruda que por un momento pensé que estábamos siendo atacados.
Pero no.
Era ella, quien comenzó a desvestirse frente a mi hasta dejar sus senos completamente desnudos. Me mantuvo sobre el tatami hasta que se posicionó sobre mi y tomó de mis manos para posarlas en sus nalgas.
No negaré que me fascinó, el cuerpo de mí mujer es tan hermoso y seductor, que es toda una fantasía para mi con tan solo tomar de su mano. Rozaba su entrepierna contra mí cuerpo y me tentaba repetidamente con besos en el cuello y en los labios.

–Quiero que me hagas el amor.– me susurró al oído prendiéndome a la brevedad.– Nunca me he cansado de ti, y quiero tenerte siempre a mí lado y dentro de mi.

–Me fascinan tus movimientos, amor mío. Pero no podemos hacer esto, no mientras estés en este estado.

–¿Te gusta alguien más entonces?

–¡¡Nada de eso, amor mío!!– sus hermosas cejas se arquearon molestas y fue tan tierno.– Es sólo que estás ebria y...

–Eso es lo que te molesta.

–No necesariamente. Pero tienes mí respeto, Almond.

La acomodé sobre el futon y me acerqué a ella tranquilamente para tomar sus pequeñas manos contra las mías. Su semblante era tan tierno y gracioso al mismo tiempo, que el mismo me hacía soltar pequeñas risas entre mis colmillos.

Flor de Loto  (Douma x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora