Capítulo 3

337 31 30
                                    

━━━━━━✧♛✧━━━━━━

Capítulo 3

━━━━━━✧♛✧━━━━━━

Andrés, se llevó la bebida tranquilamente a sus labios y disfrutó un poco de la música, intima y privada, que tocaba en ese bar. Observando detenidamente hacía la entrada de ese local tan exótico. Ignorando las miradas hambrientas que le dedicaba el cantinero, reajusto un poco su corbata de manera sonriente. Estaba perfecto. Definitivamente, sería un insulto hacía el buen gusto de Martín (Que él sabía que tenía), si no se giraba aunque sea por leves segundo a analizarlo.

Estaba emocionado, no lo podía negar. Sus manos temblaban un poco y no era culpa por completo, de su enfermedad. Había pasado días, semanas, meses e incluso años, sin ver a una persona que una vez en el pasado, la consideraba su otra mitad perfecta. Su eterna mitad, aquella que nada tenía que envidiarle a sus esposas, la había perdido una vez. Y nadie tenía idea, del precio que había pagado por ello.

De pronto, la puerta sonó al ser abierta con brusquedad. Abriéndose paso entre ese mundo de hombres y mujeres cachondos que se refregaban sus cuerpos sudorosos en la pista de baile, a Andrés le pareció haberlo visto acercarse en cámara lenta hacía la barra. Martín, vestido con una chaqueta de cuero que acentuaba sus anchos hombros y unos pantalones de vestir negros, se sentó cómodamente cerca a él.

Haciendo un leve gesto al cantinero, Martín se giró hacía él posando esos peligrosos ojos en su persona. Andrés se quedó sin aliento por unos momentos, pero supo aparentar la suficientemente calma, cómo para que Martín no lo notara. Esos ojos fue lo último que vio, antes de morir bajo las balas de la policía...

Y frente a una utopía certera de que no los volvería a ver, Andrés se había dedicado simplemente a recordar ese último recuerdo. Pero ahí estaba de nuevo, observando esas dos gemas azuladas, que siempre le habían parecido encantadoras. Gracias a esa extraña ilusión post—muerte, podía volver a verlos.

Podía verlo...A su mejor amigo, a su otra mitad, a su Martín...

Y deseaba abrazarlo. Pero no era estúpido, notó desde que entró, aquella pistola que se escondía por debajo de su ropa, bien sujeta a su cinturón. En este lugar, en esta burlesca ilusión o sueño, él no conocía a Martín. Nunca lo conocía. Si realizaba un movimiento tan torpe y estúpido cómo abrazarlo o superar sus límites, el argentino no dudaría en actuar explosivamente.

—Te ves muy heterosexual, para estar en un bar gay, putito— Ronroneó, mirándolo de arriba hacia abajo, con una sonrisa ladeada que Andrés conocía demasiado bien. Lo estaba analizándolo, estudiándolo como si fuera un espécimen nuevo que captaba su interés.

Eso le robó una sonrisa enorme en su rostro, que no dudó en mostrar con confianza y cierta añoranza. No había cambiado en nada, eso lo alegró por completo. Su querido Martín, conociéndolo o no, siempre sería un insolente y un descarado. No por nada, en un principio, había captado por completo la atención de Andrés, más allá de su talento, hasta el punto de apegarse tanto con él.

—Me has investigado...¿Verdad?—Le contestó él en cambio, observándolo cómo Martín levantaba una ceja con un gesto arrogante, que fingía inocencia— No hubieras venido, si no hubieras confirmado que el email que te enviamos, era una oferta sería...—Comentó, jugueteando un poco con su propio vaso, mientras notaba cómo una pequeña botella de cerveza era puesta frente a Martín.

—Quien sabe...¿Quién te dijo que no soy un homosexual cachondo, que busca follarse a un español con traje?— Le coqueteó en cambio, cerrando uno de sus ojos en un guiño, con picardía— Viéndote mejor, estás mejor que tu socio rarito, que saca fotografías a desconocidos por la calle...— Bromeó, sacándole una risita por lo bajo, que intentó reprimir. —¿Qué hizo con las mías?¿Se masturbo en la noche? Tenía cara de que tiene fetiches extraños... — Ronroneó, con picardía haciéndolo sonreír.

Última Vez [Berlín x Palermo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora