𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐞

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Lo difícil de elegir.

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Mis párpados estaban pesados, no podía abrirlos, pero aún así, podía seguir sintiendo el caluroso sol, calentar todo mi cuerpo. Mi pecho subía y bajaba, de seguro todos los que lograron permanecer en las murallas debían sentirse de igual forma, débiles, luego de ese gran vapor que el titán colosal había ejercido para atacarnos. Estaba consiente que si intención, era dejarme de manera inmóvil, como lo había hecho, para así llevarme con ellos, pero no había podido ni siquiera tocarme nuevamente luego de que Mikasa me agarro en el aire cuando caí inconsciente al vacío. Me incorporé con debilidad, quedando sentada para abrir mis ojos, y restregar mi rostro con mis manos. Me sentía debilitada, y más que eso, derrotada. Tenía plasmado en mi mente la imagen desgarradora que expresó Eren en su semblante cuando observó quiénes eran sus enemigos todo este tiempo, sin contar que aún él no tenía conocimiento de quién era yo realmente, un monstruo más que abrumaría todo su poco resplandor. Maldije por lo bajo, pues se lo habían logrado llevar, y sentía mi corazón llorar de impotencia por no poder haber hecho ni siquiera un mínimo movimiento para detenerlos.

No pude elegirlos a ellos, pero tampoco pude elegir salvar a Eren. Tape mi rostro, y me quede sentada en esa posición, deseaba expresar en llanto todo el dolor que sentía en mi interior, estando aislada de todos podría, pero ni siquiera podía llorar de la frustración que sacudía mi alma ante no poder hacer ningún movimiento. Estaba consiente de que todo lo que hiciera, tendría un daño colateral, y no sería bueno, siempre sería devastador, y dañaría a más de una persona. Abrí mis ojos, y observé cómo a lo distante, Mikasa estaba tapada con aquella bufanda rojiza, la cual perdía su color y se desgastaba, pero nunca se la quitaba. Ella la acariciaba, la aferraba a su cuello, sin importar el calor que hiciera, ella no podía quitarse esa especial prenda de aquel quien la salvó cuando era una niña, y había perdido todo. Podía ver la tristeza en su expresión, como si el alejamiento de Eren la hubiera dejado sin fuerzas, después de todo, él era lo único que ella tenía. Desvíe mi mirada cuando observé cómo aquella teniente, sin casi poder caminar, se acercaba a mi, con sus mejillas coloradas, y agotamiento en su respirar.

-¿Estás bien?-me preguntó Hange, con sus espejuelos colocados en su cabeza, ella se inclinó un poco, para así mirarme detenidamente, pero yo no respondí.-No comprendo, Amaya.-musitó ella, confundida.

-Yo tampoco puedo hacerlo, Hange.-le respondí, mirando por aquel horizonte, pero justamente por donde se seguro Reiner se había llevado a Eren.-No comprendo porque elegí quedarme aquí, y no abandonarles.-añadía.-Pero cuando se trata del corazón, hay muchas cosas que no entendemos, solo el.-indique, sintiendo como ella me miraba.

-Pero pudiste convertirte, pudiste irte, pudiste hacer lo que sea, y no lo hiciste. ¿Por qué?-me preguntaba confundida.-Erwin no estaba aquí, Levi tampoco. Nadie podría haberte detenido, dime la razón por la cual aún estás aquí sentada creyendo que nosotros podríamos salvar a nuestra humanidad, a la gente que está dentro del muro. Quiero saber porque aún estás sentada con la gente que vinieron a destruir.-me pedía, agitada, pero en un silencio bajo, queriendo respuestas ante lo que estaba presenciando, ante todo lo que ha sido ajeno tantos años, que hoy ya no lo es.

-¡Porque elegí estar aquí!-le respondí, con mis ojos humedecidos.-Elegí no defraudarles, elegí que confiaran en mi como yo confío en ustedes. ¡Elegí ser libre! Pero aún así, no me siento libre porque aunque los elegí, siento que no puedo pelear en contra de ellos, porque es como si estuviera en una batalla conmigo misma.-mis lágrimas salían de mis ojos, estaba cansada, no podía aguantar sentirme impotente.-Elegí a Eren, pero no pude ir tras de él, no pude defenderle, porque no quería defraudarles, no quería que me vieran como lo que soy, no quería perderlos a ustedes, porque confío plenamente en sus capacidades, confío en cada uno de ellos.-señale a mis amigos, esos quienes no sabían que sucedían, no llamábamos la atención de lo cansados que estaban.-Confío en ellos, porque me quieren, como yo a ellos. Y si los defraudo, perderé todo lo que algún día elegí. Perderé a Eren.-me quede cabizbaja, dejando que mis lágrimas cayeran en el suelo del muro.

𝐏𝐀𝐈𝐍── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora