𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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La reina.

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Movía aquella pluma, plasmando las palabras en la hoja de papel amarillenta. Actualizaba toda las cosas que habían pasado, todo lo que había tenido que ver en las últimas semanas. Estaba sentada en ese escritorio, en ropa interior, solitaria en la habitación que compartía con mis compañeras. La luz del día se adentraba por la ventana, haciéndome dejar aún lado el penúltimo papel que me quedaba por escribir. Encontrándome con un laberinto en mi mente, doble la carta junto a las otras, volteándolas para guardarlas debajo de mi colchón. Estire mi cuerpo, sintiendo como algunas partes tronaban, hoy era un día en donde el pueblo de la Isla bailaría por la nueva coronación a la reina, Historia Reiss. Debía admitir que me alegraba por el poder que mantendría en sus manos, pues gentileza y nobleza era lo que abundaba en su corazón, pero me entristecía en saber que Historia no permanecería siendo parte de nuestro escuadrón especial. Ella llevaba días sintiéndose presionada, podía ver en sus ojos cansancio, estaba recostada en su colchón, hoy sería su último día aquí, y transmitía tristeza. Una que nadie podía sacarle, alguien le faltaba.

-Bien... -suspire, observando la ropa tan formal que debería de colocarme en el día de hoy.

-¿Ya terminaste de escribir?-me preguntó ella, mientras que me colocaba la ropa formal que debería de presentar en la ceremonia.

-Si.-le respondí serena.

-¿Son para Eren?-me preguntó curiosa, ella yacía cabizbaja, con una voz en un hilo que me hizo mirarle curiosa para visualizar su expresión.

-No son cartas de amor para Eren, solo expresó mis sentimientos cuando me siento agobiada, eso de las cartas es algo cursi. ¿No crees?.-le pregunté, intentando de animarle, pero mi comentario pareció entristecerla.

-Siempre quise escribirle una carta a Ymir.-expresó, a lo que me quede detenida sin terminar de abotonarme la roba, solo por mirarla.-Pero, no sé a donde debo enviarla.-mi corazón se estremeció por su voz apagada, no sabía que decir.-Aún no puedo creer que se haya ido sin más. Después de todo, me abandono.-añadía, no quería hablar, permitía que se desahogara, pero escucharla hablar de ese modo estremecía mi corazón.-Se que ella morirá, me lo advirtió, pero tengo la esperanza de que algún día venga locamente hasta aquí para buscarme.-veía sus ojos humedecerse, y me quede aún más helada cuando las lágrimas bajaron por sus mejillas.-¿Por qué no se quedó conmigo?-se preguntó en un sollozo.

-Mierda... -susurré, acercándome con lentitud a ella sin saber que hacer.-Historia.-la llame, llegando a su lado para tocar su espalda y acariciarla, pero ella me abrazó con fuerza para llorar.

-No sabía si era correcto lo que sentía, solo se que la quería demasiado. Fue mi primer amiga cuando llegue, no sabía porque me cuidaba tanto, pero al final entendí que éramos más iguales de lo que creíamos. ¡No comprendo cómo eligió salvar la vida de Reiner y Bertnold! ¡No entiendo como tuvo el corazón de abandonarme cuando estaba dispuesta a huir con ella!-sollozaba, y yo tan solo la abrazaba.-¿Qué voy hacer ahora que ya no esta?-me preguntó, abrazándome fuertemente.

-Mi mamá antes de morir me dijo algo que no entendía hasta ahora... -susurré.-Me dijo, "el mejor acto de amor hacia una persona, es dejarla ir".-recordé, como si al decirlo se transmitiera su voz.-Y creo Historia, que no hay mejor acto de amor, que el dejar ir a una persona que amas. Aunque al final, siempre se llevará una parte de tu alma, pero te reconfortara el saber que, no importa donde Ymir esté, una parte tuya, vivirá en ella para siempre.-continué diciendo, acariciando su cabello.

𝐏𝐀𝐈𝐍── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora