Capítulo 6- Mala Sangre

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-¿¡Por qué mierda no me dijiste que tiene un puto perro guardian?! -exigió saber Touya a la par que zangoloteaba a Keigo, quien trataba inútilmente de liberarse.

Habían pasado días desde el suceso.

Después de tan marcado disgusto, Tenko no volvió a salir de su habitación y tuvo que retirarse con su Shoto, quien, por cierto, había estado renuente a dirigirle la palabra o siquiera una mirada desde que salieron de aquella casa, a él y a Keigo, totalmente ofendido y avergonzado del desplante en la casa Midoriya.

Fuyumi había notado en cuanto llegaron la tensión entre los dos y preguntó que había pasado, pasó a escuchar cómo su hermano despotricaba con la mayor seriedad cómo él y Keigo habían causado que Izuku se avergonzara por el arranque de Dabi y se preocupara por la molestia de Tenko contra Keigo, por lo tanto ahora harían cada uno su parte por separado para no volver a exponer a ninguno de los dos a situaciones así, es decir, su interacción con Midoriya se limitaba totalmente a la escuela después de semanas de intentar extenderla y ya era fin de semana. Vale, entendía, su hermanito estaba frustrado porque su crush ahora estaba plantando distancia que el se había esforzado por recortar y parte de la culpa era de él.

La mayor parte era de Keigo por ser un cerebro de plumas.

-¡No creí que te atacará! -se defendió Keigo pero se callo ante la mirada de muerte de Touya, estaba enojado, ofendido y rencoroso, eso y más se transmitía perfectamente en su mirada turquesa que ahora reflejaba instintos asesinos.

-Sí no fuiste tú era porque sabias de ese animal y sabías que el fenómeno lo dejaría morderte.

Keigo trago saliva por la obvia furia de su amigo, se veía más que capaz de terminarlo ahí mismo.

-¿¡Te das cuenta lo que me mandaste a hacer Keigo?! ¡Prácticamente planeaste un accidente que por poco pasa! ¿¡Y para que?! ¿¡Que hay en esa jodida caja?!

El rubio comenzó a jugar nerviosamente con sus pulgares mientras sonreía con inocencia.

-Mi comic...de...Endeavor...y mis....cupones para....pollo frito.

Casi pudo ver cómo la cordura de Touya se quebraba igual que una ramito en otoño

-¡AHORA QUE TE ALCANCE CABRON!

Y así era como Keigo se encontraba corriendo por su vida por toda la casa Todoroki con un colérico Touya tras su espalda que le iba pisando los talones. Corría cómo no hacía en educación física de primaria, pero la amenaza de ser quemado vivo cual brocheta mueve a cualquiera de su lugar.

Touya tampoco solía correr pero ahora podría competir con algún corredor de obstáculos olímpico por la manera en la que esquivaba, saltaba y se deslizaba entre los muebles para atrapar al demente que lo había puesto en riesgo de una mordida sólo por unos mierderos cupones de pollo frito.

Por estarse fijando en que tan lejos estaba el Todoroki es que no se fijo en su otro enemigo.

-¡AHH!

Keigo cayó al suelo quejándose y rodando en un débil intento de quitarse al encolerizado gato celeste que despotricaba contra su cara con claras intenenciones de arrancarle hasta el cerebro. Para cuando Touya lo alcanzó, esbozo una sonrisa de mezquina victoria mientras veía a Shigaraki reducirlo a nada en cuestión de segundos.

-¡Ayudame! -pidió Keigo

-¿Por qué o que? -cuestióno recargado en la pared mientras veía la escena con indescriptible satisfacción- te lo advertí ¿no? E incluso después de esto Tomura te seguirá odiando con el alma- se burló.

Observó y disfruto la escena con creces por unos momentos, satisfactorios para él y tortuosos para Keigo. Se acercó y con cuidado tomó a Tomura, colocándolo sobre su hombro, acción suficiente para que este renunciara al ataque y se acomodara más cómodamente.

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