|PAULO DYBALA.
Paulo daría lo que fuera por volver a admirar ese fascinante brillo que tanto adoraba en aquellos ojos celestes, no importaba si para eso tenía que escapar de su realidad. Daria lo que sea para verla feliz, así le doliera el alma al h...
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PAULO DYBALA.
Tamborilee los dedos con aburrimiento por enésima vez sobre mi cabeza. Desde anoche no me había movido del hotel. Y es que tampoco tenía gran cosa que hacer. Hoy era el único día libre que tenía estando acá, como la verdadera fiesta se iba a realizar mañana, hoy era un día donde antes de venir me había organizado todo para no suicidarme en el intento. Iba a visitar el lugar, a recorrer algunos centros turísticos y a comer en el mejor lugar de la zona.
Pero no hice nada.
Solo dormí gran parte del día.
Y hubiera dormido más, si tan solo el almuerzo que había pedido no hubiese sido un simple sanguche de jamón y queso.
Suspiré y cerré los ojos unos segundos, para luego volver a abrirlos. Estaba muy aburrido.
Leandro no me había hablado en todo el día, el grupo con mi familia no dejaban de hablar sobre la política en mi ex país (que claro está, no me importaba en nada), mis hermanos solo aparecían para mandar alguna que otra foto graciosa por instagram que ni siquiera daban gracia, solo me reía por compromiso. Y mi novia... bueno, ahí estaba. Me había mandado mensajes e imagenes donde me mostraba su cuerpo desnudo.
Y no se si era por el mal humor que tenia gracias al poco almuerzo que ni siquiera fui capaz de clavarle visto. Solo la dejé ahí. No me había excitado. Para nada.
Y muy en el fondo, sentí un poco de vergüenza.
Obviamente no pude evitar pensar, ¿Isabella hacía lo mismo? ¿Le mandaba esos mensajes a su estupido novio?
Cuando estábamos juntos en su momento lo había hecho, si. Pero éramos chicos, podría apostar cualquier cosa que su cuerpo había cambiado completamente.
Y de la nada fruncí el ceño ante el enojo. ¿Por qué él era el afortunado y no yo?
Siempre tuvo un cuerpo de infarto, no lo voy a negar. Pero de eso había pasado años, y por la vista de su escote, puede admirar que sus tetas habían crecido más que la última vez que la vi desnuda.
Sentí un frío recorrerme la zona baja del abdomen cuando por mi cabeza se me cruzo el recuerdo. Nuestra última vez. Froté mis ojos auto-obligándome a dejar de torturarme con algo así.
Estiré el cuello hacia un costado para poder observar la hora local. 17:46pm.
Genial, me faltaba casi todo el día para volver a dormirme. Suspiré pesadamente y me levanté para poder tomar una ducha caliente. Aunque sea así podría perder tiempo haciendo algo.
Apoyé mi cabeza sobre el frío mármol dejando que el agua caliente pegue justo en mi columna vertebral. Suspiré y ladee la cabeza.
