El otro Leonardo

La oscuridad

<< MICHELANGELO >>

Dos horas. 

Sí, dos horas han pasado desde que Raph perdió la conciencia tras un duro golpe que Donnie le atinó en la cabeza. Don me contó lo que le pasó. Me da miedo con sólo pensarlo, ya que a mí me ocurrió algo parecido cuando estaba "durmiendo", con la diferencia de que yo no mantenía la respiración, sino que sentía ganas de matarme después de asesinar a mis hermanos. Por eso creo que me hice esas heridas que más tarde fueron sanadas por Don. 

Estaba temblando. No sabía muy bien si de frío o de miedo, pero creo que era por ambas. Desde que trasladamos nuevamente a Raph del laboratorio hasta su cuarto, no nos hemos separado de él velando por su bienestar. Espero que se recupere pronto. 

-Yo también tengo miedo, Mikey -me confesó Donnie de repente, sin dejar de mirar a nuestro hermano desde el otro lado de la cama - Ambos hemos querido atacarnos entre sí por una razón que está fuera de las bases de la ciencia. No entiendo qué nos pasó. No entiendo... qué me pasó. Sólo deseaba acabar con todos -me dio un fuerte escalofrío que me recorrió todo el cuerpo al escuchar eso. Don lo notó y me miró - Lo siento mucho, Mikey... no quería asustarte. 

Negué con la cabeza.

-No tienes porqué, Don. No lo hiciste por tu propia voluntad. Y sé cómo te sientes... así me sentí yo también hace unas horas...

-Gracias por comprender -dijo y sonrió levemente. Yo imité la misma acción para él.

En ese momento, vemos que Raph apretó los ojos y estaba a punto de despertarse. Donnie y yo nos levantamos de golpe y lo quedamos mirando por encima de su cara. Empezaba a abrir los ojos y no pude evitar abrazarlo en cuánto preguntó: "¿qué pasó?", pero eso hizo que se quejara de dolor. Donnie me separó de él con amabilidad.

-Qué bueno que finalmente hayas despertado -dijo Don - Nos tenías muy preocupados. 

Raph se tocó la cabeza y sintió la venda que la rodeaba. Se vio los diversos moretones de su cuerpo y al fin pareció recordar lo que sucedió. 

-Don -lo nombró con voz apagada - Entiendo que me odies por no haber sido yo quien se haya perdido en vez de Leo, pero no tenías porqué reaccionar de esa forma. Lamentablemente soy yo quien se quedó con ustedes.

-¡N-no! Espera, Raph... -dijo Donnie nervioso y bajando la cabeza culpable - Te lo explicaré. Lo que pasó fue que... bueno... fue algo parecido a lo que le sucedió a Mikey cuando quiso atacarnos.

-Maldita sea, ¿y se puede saber por qué no respirabas? ¡Me tenías muy preocupado! -exclamó, molesto.

-D-déjame contarte desde el principio, por favor.

Donnie explicó nuevamente los hechos durante un buen rato. Raph escuchaba atentamente y sólo interrumpía para hacer unas preguntas. La historia de terror terminó y mi hermano mayor se quedó pensativo por un buen rato hasta que finalmente habló.

-Entonces... ¿cuando apagabas la luz se volvían a escuchar las voces?

Donnie asentó. 

-Hmm... hoy Mikey durmió con la luz encendida y no le pasó nada -dijo pensativo, pero... ¡¡AAH!! ¿C-cómo supieron eso? 

-¡Y-yo no dormí con la luz prendida! -exclamé sonrojado, pero al parecer no convencí a nadie... ni siquiera a mí mismo.

-¿Qué significa eso, Donnie? -preguntó Raph ignorando completamente mi comentario U.U

-Bueno, creo que encontrarnos en la completa oscuridad hace que una fuerza desconocida aproveche la oportunidad para controlar nuestras mentes, obligándonos a lastimarnos a nosotros mismos y a actuar enceguecidos por la venganza para satisfacer nuestra ira con ciertos sucesos o... personas -se quedó mirando débilmente a Raphael por unos momentos.

Hubo un silencio fulminante. Entonces eso significa que yo, al sentir desesperación por detener la discusión en mi sueño, provocó que aquella "fuerza" me controlara...

-¿Y por qué a mí no me ha pasado algo similar a ustedes? -preguntó Raph, haciendo que el silencio incómodo se fuera. 

-No sabría cómo contestarte -dijo Don - Tal vez sea porque... después de todo... eres el que menos salió afectado tras la discusión que tuvimos contra Leo...

Eso nos dejó a todos en silencio por otro rato, pero esta vez fue sólo incómodo para Raph.

-¿Realmente crees que no me afectó? -lo oí preguntar en un apenas audible susurro, llevándose la mano a la cara - Donnie... Mikey... entiendo que estén enfadados conmigo por como traté a Leo. Yo... -suspiró levemente - Lamento mucho si los involucré en eso. No era mi intención que las cosas terminaran así. También sé que no hay forma de remediar lo que hicim... lo que hice -se corrigió, lo cual me hizo sentir un escalofrío. No me gustó que se echara toda la culpa... - Creo que me merezco todo esto, e incluso más... Ni siquiera he sabido protegerlos. Ambos casi mueren y yo no pude hacer nada... -apretó los puños, enfadado - Tienes razón, Donnie... Leo es quien debería estar aquí... no yo. 

-¡No digas esas cosas, Raph! -exclamé con mis ojos cristalinos y apoyando mis manos en la cama - T-tú eres un líder ahora. ¡Los líderes no deben decir esas cosas! ¿Has oído que Leo dijera algo así alguna vez? ¡NO! Así que no debes ser diferente. ¡Yo sé que eres capaz! 

Ellos me miraron sorprendidos, pero luego Raph bajó la vista.

-¡Si te lo propones puedes lograrlo! -proseguí - ¡Eso es lo que siempre nos han dicho sensei y Leo! ¡Ahora es tu turno de decirlo también, Raph! -sin querer lancé un sollozo - Y no digas que no nos has protegido, porque sabemos que eso es mentira -me froté los ojos con mi antebrazo.

Él sonrió con ternura y algo de ironía.

-Vale, vale. Lo entiendo -dijo - Pero no llores, idiota.

-¿Q-quién está llorando, bobo? -pregunté, tratando de sonar firme.

-Gracias, hermanito -sus brazos rodean mi cuerpo y me abrazó. 

Es muy extraño que haga eso... Ja, ya ni siquiera parece ser el de siempre.

<< RAPHAEL >>

Donatello me dijo que descansara durante todo el día para recuperarme más rápido. Me sorprendió un poco cuando me pidió disculpas por la discusión que tuvimos y también sobre el golpe que me dio en la cabeza. Claro que no tenía nada que perdonar, ya que, después de todo, él no tuvo la culpa de estar bajo el "hechizo" de no sé qué. 

Más tarde decidí levantarme para ir en busca de un vaso de agua. Mis piernas estaban débiles, ya que allí recibí más golpes de parte de Don. 

Fue entonces cuando oí que un objeto de vidrio se rompía en la sala. Paralizado y agudizando todos mis sentidos, esperé escuchar algún forcejeo o gritos, pero como no ocurrió nada, me apresuré en llegar a la puerta para luego dirigirme a la sala, cojeando un poco. 

Me tranquilicé cuando me di cuenta de que nadie se estaba tratando de matar, pero vi a alguien que me dejó más rígido que una roca y me hizo sentir un montón de emociones a la vez. Parado en la entrada de la guarida, Donnie y Mikey lo abrazaban con fuerza, como deseando nunca apartarse de él. Bueno, de todas formas... no lo habíamos visto desde el día que discutimos. ¿No es así...?

Leonardo.