Ambos primos se acercaron a su familia, Frey cerró el campo de fuerza creando una cúpula donde se encontraban protegidos los cinco.
—¡Estás viva! —sollozó Luyana abrazando a su hermana, quien no podía corresponderle sin desaparecer el campo de fuerza.
Frey sonrió ver al verla a salvo, a ella se unió Dioney, luego Froilán y por último Yuliana. Los cinco se fundieron en un abrazo por un breve instante.
—Me alegra saber que también se encuentran bien —mencionó Frey en medio de todos.
—Y a nosotros que estás viva... pero llena de tierra —recalcó Froilán terminando el abrazo.
—Y hojas —agregó Luyana.
—¿Por qué hueles a perrito? —preguntó Dioney.
—Larga historia, solo puedo decir que me caí de un barranco.
Cuatro pares de ojos miraron atónitos a su prima.
—Pero estoy viva —repuso la niña—. O eso me dijo la diosa del inframundo —murmuró.
Sus expresiones cambiaron a una de terror.
—Pero saben que, hablaremos de eso, luego —compuso con una sonrisa nerviosa—. Antes, quítense esos raros antifaces y tomen esto.
Frey sacó el bolsito que Xólotl le había dado y lo abrió frente a sus primos.
—La diosa del inframundo me los dio, son para nosotros.
Yul se dio cuenta de que dentro yacía una orejera como la que Frey portaba en ese momento, pero en verde, también agarró la de color rojo y se lo paso a Lulú. La pequeña fue ayudada por su prima al colocarlo.
—Y estos son de ustedes —indicó Frey refiriéndose a los chicos—, dijo que son brazaletes para el brazo. —Les cedió la bolsita.
Dioney tomó uno de plumas naranja y Froilán el de plumas blancas, con torpeza se los pusieron en los brazos.
—Da cosquillas —dijo el primo de en medio.
—Y pica —agregó el mayor.
—Se acostumbrarán —intervino Yul—. El mío está muy lindo.
Sonrió, pero a ambos chicos no les dio gracia el comentario.
—La diosa me explicó que se llaman copillis; nos ayudarán a ocultar nuestra identidad y a reforzar los poderes.
—Interesante —murmuró Dioney.
—Nos serán de mucha utilidad por ahora —dijo Yul—. Por cierto, ¿Qué hacen aquí? —cuestionó la mayor a su hermano y Luyana.
—Somos familia, ¿no? —respondió Lulú.
—Y estamos juntos en esto —añadió Dioney.
—¿No deberían proteger el resto de la ciudad? —preguntó Froilán.
—Ya lo hicimos —contestó su primo—. Ahora estamos aquí para apoyarlos a ustedes.
—Somos un equipo —siguió Frey— y una familia. Las familias se apoyan.
Frey miró por el rabillo del ojo a Froilán y a Yuliana. Ambos le correspondieron con una sonrisa.
—Es cierto, las familias se apoyan —dijeron.
El momento terminó cuando, se escuchó un golpeteó de las dagas chocando contra el domo; era la diosa reaccionando ante la escena de los niños.
—¡Bravo! —se burló— ¡Qué bonita familia! Preparándose para morir juntos.
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Crónicas del Quinto Sol: La diosa negra
Fantasy"Voy a vengarme de todos y cada uno de aquellos que me han hecho daño. ¡Lo juro!" La misma promesa, dos épocas distintas, un solo sentimiento. *** La historia de los primos Yuliana, Froilán, Dioney, Frey y Lulú Viera, inicia después que en ellos des...