𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 | 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐞𝐚𝐠𝐞𝐫 [editando]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓 - 𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦á𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚

Hace unos meses atrás.

 Eren Jaeger 

— Hey, despierta.

Hablé entre dientes con la luz de la luna decorando aquella máscara de esqueleto que disfrazaba mi rostro, mi voz era más tosca en contraste a la real pero debía hacer esto ya que podría reconocerme y mandarme a la cárcel en un abrir y cerrar de ojos.

Al ver que no ponía de su parte decidí despojarlo de sus mantas, de su abrigo caliente en esta noche fría de invierno. Dio un pequeño brinco por la repentina sorpresa pero cayó en seco cuando la boquilla de mi revólver apuntaba directamente a su frente, con un ágil movimiento le quite el seguro y solo bastaba jalar el gatillo para liberar a mi chica de las estrellas.

— Zagreb, veo que eres muy malo al captar advertencias— Amenace de manera obvia.

Su mirada de miedo es lo más complaciente del mundo, estaba aterrado contra la espada y la pared mientras su inútil esposa seguía en los brazos de Morfeo. A ella le llegaría su parte, solamente tenía que esperar mientras torturaba de las mejores maneras a su insípido esposo.

— ¿Debo aclarar tu mente, bastardo?— Cuestione golpeando la boquilla contra su frente.

Se limitaba a gimotear con sus orbes siendo cristalizados y siendo aprisionado en la jaula del miedo e incertidumbre. Decidí sentarme en uno de los sofás que decoraban la habitación, estaba cerca de su teléfono evitando que el pudiera llamar a la policía.

— Ya no lo hago, l-lo prometo— Vuelve a fingir aspirando los mocos que salen de sus narices, aquella era la mejor actuación de todas, estaba viendo a un actor de cine.

Reí de manera juguetona a la vez que pasaba mi lengua por el piercing de mi labio, saqué mi celular para buscar en la galería de fotos la prueba de que él no captó las advertencias de hace unos días atrás.

Oh, cuánto lo disfruté.

Mis golpes en su cara además de romper cada fajo de dinero en su maleta camino a la clínica donde él trabajaba hizo que mi estrés no fuera consumido por sexo, la violencia que ejercí contra el monstruo fue tan... Liberador. Mis puños desviando el carril izquierdo de sus dientes y el color morado sobre su párpado provoca en mí una sonrisa escondida bajo esta máscara, saber que pude cumplir uno de mis anhelos me hacía regalarme una medalla de campeón.

Extiendo la mano mostrando la clara imagen de Violeth con su rostro magullado en los baños de la escuela, su semblante era de desgano y con un desmaquillante quitaba aquella máscara de felicidad que poseía. Estar escondido en el baño de mujeres para presenciar tal asquerosidad provocó que mi sangre hirviera de rabia y viniera hasta aquí, debía hacer algo y poner las cosas en su lugar.

¿Cómo es posible que mi chica este de esta manera?

Ella debía estar en un lugar seguro, junto a mí, siendo feliz.

— Si veo que Violeth fue nuevamente golpeada me la llevaré y te denunciare— Le amenace como tantas veces lo había hecho.

— ¿Q-Quién eres?— Lloriquea evitando mi amenaza, se veía a leguas que él no acataba a nada ni mucho menos daba su brazo a torcer.

Pero faltaba poco, solamente tenía que seguir juntando aquellos fajos de dinero en mi cuenta de ahorro, manipularla psicológicamente de la manera más bella e inocente posible para que ella esté conmigo lejos de esta asquerosidad llamada hogar.