𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 | 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐞𝐚𝐠𝐞𝐫 [editando]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐 - 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐢𝐞𝐠𝐚

Violeth Zagreb.

El amor nos ciega, nos deja dañados hasta nuestras entrañas cuando no sabemos controlar la potencia de este y lloramos por este ente llamado "amante" cuando ni siquiera sabemos si nos corresponde, o, el caso contrario, cuando estamos seguras de este amor nos cuestionamos... ¿Cuánto durará?

El amor nos ciega, aunque intento ver lo brillante en por qué escuche por alli que el amor es dorado, resplandeciente... como una estrella en el cielo.

El carro avanza en dirección al sector más rico de todo Nueva York, acariciaba mis manos y rascaba estas hasta el punto de dejarme heridas ya que todo fue tan repentino, y el castigo tan doloroso.

Ellos lo lograron, hacen que Eren y yo jamás nos volvamos a ver.

Avizoro por la ventanilla el cielo gris y como el sol trata de iluminar la faz de la tierra, de igual manera detallo de manera fugaz las imponentes mansiones e incluso creí ver la mansión de la familia Galliard.

Unos minutos más de camino, nos detenemos en un barrio residencial donde cada morada está alejada a unos buenos metros de la otra. Algunos niños juegan en la calle, y mi garganta arde al ver como sus padres juegan con ellos mientras que me pregunto si alguna vez las personas dentro de este automóvil han jugado conmigo.

Bajamos del auto, cierro la puerta y apago la música de mi celular conectado con audífonos. Creo que ya estuve aquí antes, y de una manera u otra deduzco que este el barrio donde vive Mikasa.

"–Tu quedas más cerca que Mikasa, ella vive muy lejos", aquella frase saliendo de los finos labios de Eren me dejaba estática ya que tenía razon, debía tardarse más de una hora para venir a buscarla y disfrutar de su compañía.

Yo le convenia más en ese aspecto, ya que yo era su vecina.

–  Agh, avanza más rápido...–Finnick me empuja cuando doy el primer paso a mi nuevo hogar.

La humedad en mis mejillas vuelve estar presente cuando ya no hay vuelta atrás, cuando se a la perfección que esos murmullos en el automóvil mientras emprendíamos el rumbo hasta esta gran nuevo hogar eran dirigidos hacia mi persona.

–¡Violeth, avanza! ¡Tenemos muchas cosas que hacer! –Exclama aquella mujer a mis espaldas, aquella mujer que era una estrella en ascenso pero dejo de brillar.

–Veo que es igual de inútil que tú, Anastasia...–Comenta mi padre con tono de burla.

Aunque ella me pidió de la manera más fría que avanzara ya que esta de los nervios después de la decepción que cause en ella al seguir sus mismos pasos –enamorarme y cegarme–, creo que dentro de ella está el deseo confuso de que ambas trabajamos en equipo para resguardarnos de papá

Oh, Anastasia Zagreb... ¿Cómo comienzo a describirte?

Tal vez deba comenzar con llamarte un ángel caído del cielo, con una piel sensible al acné ,y cuando estas estresada aparecen esos granos que tanto odias. Tu cabellera llega hasta la altura de tus hombros, cuando te conocí llegaba hasta la altura de tu cintura, y tus orbes son tan oscuros que me fascinan.

Sin embargo, en ciertas ocasiones, tu belleza física que demuestra una extraña amabilidad es dominada por tus brotes de rabia, donde te enojas conmigo y no me diriges la palabra en dias, o te despreocupas por mi bienestar y dejas que mi padre me golpee hasta decir basta.

Te entiendo a la perfección, sé que si yo fuera tu hija de sangre jamás dejarías que aquel hombre que mato de manera tan fría a mi verdadera madre me pusiera un dedo encima.

Finnick es el demonio en persona, y Anastasia es una salvadora que me adopto sin dudarlo aunque se está convirtiendo poco a poco en él.

Algunos minutos después, me encuentro acomodando nuevas cosas en mi habitación, mis manos tiemblan sin razon aparente cuando escucho como poco a poco a mi padre alzando la voz, probablemente este viendo su partido de futbol mientras se emborracha.