El muchacho

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Él hombre retrocede sin prisa, saboreando con satisfacción los sollozos y jadeos del pequeño príncipe a su merced. SU pequeño príncipe.

Dejando escapar la tensión de su cuerpo, se sumerge nuevamente con saña en la húmeda cabidad, estirando con placer las ajustadas entrañas de su pequeño, y maravillandose con las exquisitas sensaciones que lo invaden al mirar los llorosos e impotentes ojos de su niño, su príncipe.

Al observar el vano intento del menor por negarle esa bella melodía que debía de salir de su amoratados labios, aumenta el ritmo de las embestidas, siendo duro y constante en cada nuevo movimiento.

Su príncipe chilla, soltando súplicas con sus ya destruidas cuerdas vocales, derramando desde su barbilla una sublime mezcla de lágrimas, sangre, saliba y miedo.

Bajo las blancas lámparas del hospital, la piel del muchacho se veía incluso más deteriorada, de un enfermizo tono pálido y repleto de hematomas y viejas heridas preocupantes

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Bajo las blancas lámparas del hospital, la piel del muchacho se veía incluso más deteriorada, de un enfermizo tono pálido y repleto de hematomas y viejas heridas preocupantes.

Pobre chico

─ De nueve a doce meses.

Pronunció una voz masculina a sus espaldas, llamando la atención del detective.

─ Es el tiempo aproximado que debió pasar en confinamiento.

Aclaro el médico quien al igual que Taehyung, observaba al joven atraves del cristal del área de cuidados intensivos.

─ ¿Y cuanto es el tiempo aproximado en que comenzaron los abusos?

─ Por las llagas y desgarros anales que encontramos, posiblemente sea el mismo.

─ ¿Había algo más que encontraron?

─ Donde sea que lo hayan tenido, el chico intento escapar desesperadamente y en muchas ocasiones. En las llemas de sus dedos encontramos múltiples traumatismos e inclusive pequeños trozos de madera aun incrustados bajo las uñas y la piel; además había una clara muestra de haber perdido varias de estas en el proceso.

Con una leve reverencia, se despidió del médico, dedicándole una última mirada al chico convaleciente. Jeon Jungkook, de apenas diecisiete años, era un chico prodigioso con grandes habilidades en el arte visual y las matemáticas,  un alumno destacado académicamente hablando, pues su historial de mala conducta era casi tan interesante y prematuro como sus increibles calificaciones.

─ ¿Que has averiguando?

Pregunto con seriedad su compañero Hoseok.

─ El chico debió pasar como mínimo unos 9 meses metido en ese agujero.

Crueles Intenciones [VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora