—¡Ron, Ginny!—llamó la señora Weasley, ambos hermanos voltearon, —Díganle a su padre que la cena está lista.
Ambos se miraron y luego al clima, estaba todo nublado, todo sombrío, y eso no les daba buena espina.
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Cuando Ginny llegó, Ron ya había abrazado a Harry, al igual que Hermione. Ambos se miraron y luego se abrazaron.
—Te ves bien.—dijo Hagrid.
—Sí, se ve muy hermoso ¿O no, Ginny?—entró Moody, la chica rodó los ojos divertida, —¿Qué tal si entramos antes de que alguien lo mate?
Harry los guió hasta la cocina. Riendo y charlando, algunos se sentaron en las sillas y sobre las relucientes encimeras de tía Petunia, y otros se apoyaron contra los impecables electrodomésticos. Estaban: Ron, alto y desgarbado; Ginny, decidida a lo que fuera que haría; Hermione, que se había recogido la espesa melena en una larga trenza; Fred y George esbozando idénticas sonrisas; Bill, con tremendas cicatrices y el pelo largo; Charlie, con el pelirrojo cabello y el cuerpo robusto; el señor Weasley, con expresión bondadosa, algo más calvo y con las gafas un poco torcidas; Ojoloco, maltrecho, cojo, y cuyo brillante ojo mágico azul se movía a toda velocidad; Tonks, con el pelo corto y teñido de rosa, su color preferido; Lupin, con más canas y más arrugas; Fleur, esbelta y hermosa, luciendo su larga y rubia cabellera; Kingsley, negro, calvo y ancho de hombros; Hagrid, con el pelo y la barba enmarañados, encorvado para no darse contra el techo, y Mundungus Fletcher, alicaído, desaliñado y bajito, de mustios ojos de basset y pelo apelmazado. Harry tuvo la impresión de que su corazón se agrandaba y resplandecía ante aquel panorama; los quería muchísimo a todos, incluso a Mundungus, a quien había intentado estrangular la última vez que se vieron.
—Kingsley ¿No estaba cuidando al primer ministro muggle?—preguntó Harry.
—Tú, eres más importante.—lo apuntó.
—Hola, soy Charlie Weasley.—se presentó el pelirrojo mayor tendiendo su mano al azabache.
—El desaparecido.—bromeó Ron.
—Hola, Harry. Bill Weasley.—se presentó el otro pelirrojo.
—Nunca fue tan guapo.—dijo Fred.
—Era horrible.—siguió George.
Fleur saludó a Harry de igual modo, mirando a ambos gemelos.
—Algo es cierto.—mostró la cicatriz de las garras, —Espero devolverle el favor a Greyback algún día.
—Eges hegmoso paga mi, William.—habló Fleur.
—Pero no olvides, Fleur. Que Bill ahora come sus filetes crudos.—bromeó Remus.
—¿Has visto esto, Harry?—dijo Tonks, encaramada en la lavadora, y agitó la mano izquierda mostrándole el anillo que lucía en un dedo.
—¿Se han casado?—preguntó Harry mirándola, y luego a Lupin.
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⁶𝙶𝚒𝚗𝚗𝚢 𝚢 𝚕𝚊𝚜 𝚛𝚎𝚕𝚒𝚚𝚞𝚒𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎
Hayran Kurgu| 𝐀 | 𝗛𝗮𝗿𝗿𝘆 𝗝𝗮𝗺𝗲𝘀 𝗣𝗼𝘁𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 ❝Una boda que los obliga a irse, pues la caza de los horrocruxes comenzó, Ginny tiene en claro que para poder sobrevivir a esto que no era la guerra, igual tenías que ser listo y muy cu...