★彡[ʀᴀᴘᴜɴᴢᴇʟ/ ᴋʏᴏʏᴀ ᴏᴏᴛᴏʀɪ ᴏᴜʀᴀɴ ʜᴏꜱᴛ ᴄʟᴜʙ *ᴇꜱᴘᴀÑᴏʟ*]彡★

𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉𝑒𝓇 𝟥𝟩:𝒜𝓅𝒽𝓇𝑜𝒹𝒾𝓉𝑒 𝓌𝒶𝓃𝓉𝓈 𝓉𝑜 𝒰𝓃𝒹𝑒𝓇𝓈𝓉𝒶𝓃𝒹!

La chica que me interesa, ahora estoy seguro de mis sentimientos hacia ella. Estoy enamorado de ella.

-Enamorado... -Miki pronunció aturdida mientras golpeaba el dorso de su bolígrafo en su mini cuaderno de bocetos. A pesar de que debería haber mucho más en su mente, como las mentiras de Tamaki contra ella y el resto del club, no podía dejar de pensar en las palabras de Kyoya. Ella miró fijamente los tres círculos en la página; dos llenos hasta el borde de nombres, mientras que el otro estaba vacío. Si estos fueran los círculos de amor de Kyoya, sería adonde iría esta misteriosa chica. Ella todavía estaba tratando de ordenar sus propios sentimientos, tratando de categorizar a Kyoya en uno de estos círculos. Su bolígrafo se cernió sobre la etiqueta -Eros.

Ella no sabía lo suficiente sobre el amor romántico para saber si él pertenecía allí todavía.

-Señorita Suoh. -Aclarándose la garganta, el Sr. Kobayashi llamó a Miki por tercera vez, sacando a la chica de su línea de pensamientos. -¿Le importaría leer la siguiente sección, por favor? -Levantó una ceja.

-¿Eh? Oh. -Poniéndose de pie con los ojos aturdidos, Miki se puso de pie y miró su libro de literatura tradicional. Parpadeó sin idea, sin saber en qué parte del mundo se encontraban en la lección.

Sintiendo los problemas de su hermana, Tamaki se inclinó un poco hacia atrás y se tapó la boca con el libro.

-Página 227, párrafo tres. -Él susurró.

Los ojos color avellana de Miki se posaron en el asiento frente a los de ella. Ella miró fijamente a Tamaki, a punto de aceptar su ayuda cuando un sentimiento de tristeza y frustración inexplicables se apoderó de ese pensamiento. Volvió a levantar la cabeza hacia el maestro.

-Lo siento, no estaba prestando atención. -Anunció sin rodeos, lo que provocó que el rubio se sobresaltara por el impacto del rechazo.

Con un largo suspiro, el Sr. Kobayashi le hizo un gesto para que se sentara con una gota de sudor por lo sencilla que era esa respuesta.

-Siéntate. -Dijo. -Aprecio tu honestidad, pero presta atención en clase.

-Lo siento. -Asintió Miki disculpándose.

-¡Miki! -Después de la clase, Tamaki giró en su silla felizmente, habiéndose recuperado ya del golpe anterior que le habían dado. -¡Vayamos juntos al club! -Él resplandeció. La campana había sonado desde entonces y los estudiantes estaban comenzando a recoger sus cosas para ir a casa o a sus clubes después de la escuela.

Inconscientemente, pasando su mano sobre los 'círculos de amor' que había dibujado para cubrirlos, Miki miró a Tamaki mientras cruzaba los brazos sobre el respaldo de su silla y le ofrecía una dulce sonrisa. Mordiéndose el labio inferior, su mirada se posó en la palabra 'storge', amor familiar. Ella frunció el ceño.

-Miki-chan...

Entre la multitud de estudiantes, Sumire y una extrañamente callada Sora se acercaron a la rubia fresa. Esta último, quien usualmente tenía una sonrisa traviesa curvada en sus labios, estaba frunciendo el ceño y luciendo como si estuviera al borde de las lágrimas.