State Of Grace 》Supercorp

6. Dos a la cinco, por favor.

CatCo era una locura en este momento. Andrea Rojas, su jefa, no dejaba de descartar todas las ideas todos proponian, en especial las de Kara, que en ese momento estaba deseando ponerse su traje de Supergirl y salir volando para combatir a cualquier idiota que estuviese haciendo alguna maldad para este planeta.

 ¿Estaba mal por pensar asi?

Se suponía que si no pasaba nada de eso ella tendría que aliviarse, pero alivio era lo último que sentía frente a su jefa. 

—¡Nia Nal! ¡¿Se durmió de nuevo?!

Kara miró a su amiga que despertó asustada por el grito de Andrea y no pudo contener su risa.

—¿Le parece graciosa la situación, Danvers?

Oh, ella era Danvers. Era su turno de ligarla.

—Lo siento, señorita Rojas.

—Váyanse todos de mi vista y vuelvan con algo coherente, por favor. Trabajan de esto, no debería ser tan difícil.

La palabra corriendo quedaba corta con la forma en la que desaparecieron todos.

Ya en el escritorio de Nia, Kara preguntó qué era lo que había visto en su sueño. Le preocupaba la forma en la que su amiga se frustraba al no saber cómo descifrarlos, más si eran tan frecuentes.

—Te vi de nuevo a vos, Kara. No logro entenderlo. Solamente estas parada en un lugar completamente oscuro mirando al piso. Yo intento acercarme, me gritas que pare y señalas el piso. Cuando lo veo está repleto de agua roja. Nada más que eso.

—¿Como sangre? —preguntó Kara.

—No.—negó Nia. —Como agua espesa.

—¿Nada más?

—Nada más.—mintió Nia.

Kara se mostraba preocupada, pero más lo estaba Nia. Nunca le contaba que en el final de ese sueño, el líquido lograba tapar por completo a Kara, y ella sin poder romper el cristal veía como se ahogaba.

Nia sabía que con ayuda tal vez podrían descifrarlo, pero no quería generar pánico. Ella jamas dejaria que algo le pase a su amiga, ni ella, ni nadie de su equipo. Pero debía contárselo a alguien, aun no sabia si a su novio, Brainy, o a Alex.

De esa forma continuó la semana para el par de amigas. Por parte de Kara, el único estrés que sentía se lo generaba su jefa, Andrea. Las calles no estaban tranquilas, pero nada que Supergirl no pudiera solucionar. En cambio Nia, sus sueños eran pesadillas. No había día o noche que no viera ese sueño una y otra vez. Tanto que su jefa la envió a casa por motivos de salud mental. Obviamente Nia no se opuso, pero deseó estar ocupada con algo más que no fuera la vida en juego de su amiga.

Sin mas preambulos, fue a decirle todo a Alex.

—¿Dijiste que Kara no sabe del final, no?

—No. —negó Nia.

—No creo que debamos ocultarselo, Nia. Entiendo que no quieras que entremos en pánico, pero Kara merece saber a lo que podría enfrentarse.

—Lo sé, lo que menos quiero es dejar a Kara fuera de esto, pero quiero descifrarlo antes. En este momento no soy de gran ayuda.—suspiró tristemente Nia.

—Tal Vez no haya nada que descifrar. Tal vez...

—¡Sono arrivate le pizze!—interrumpió Kara llegando al departamento. Ambas actuaron como si su charla no hubiese existido.

—¿Sabías que la mejor pizza del mundo ya no es creada en Italia?—comentó Alex dejando atónita a Kara.—Londres ocupa ese lugar.

—¿Me estás diciendo que volé hasta Italia, ida y vuelta, con tormenta de por medio, quiero aclarar, para nada? Puedo devolverlas si querés.—contraatacó Kara.