2: Un beso y algo más.

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You come around and the armor falls
Pierce the room like a cannon ball

Lena estaba hipnotizada por aquella rubia que cantaba a su lado. Había intentado seguir la canción, pero al no conocerla solamente le hacía los coros a la rubia que estaba entregadisima al ritmo. Nunca había visto a alguien cantar con esa pasión, y tan bien.

El cuerpo de la rubia se movía por todo el escenario, mientras que el de ella seguía parada en el mismo lugar desde que subió. Lena sabía que no era el centro de atención en ese momento asi que se relajó y continuó disfrutando del show que estaba brindando su compañera de karaoke.

We learn to live with the painMosaic broken heartsBut this love is brave and wild

 La rubia se paseaba por el escenario como copiando una coreografía, o a la cantante. Lena no podía evitar reírse cada vez que hacía una nota alta y doblaba todo su cuerpo para atrás, casi exorcizada. Adoraba cuando llegaba el instrumental y actuaba como si tuviera una guitarra en sus manos, o era la baterista de la banda. Sin dudas aquella rubia era todo un personaje.

El momento de tranquilidad y diversión de Lena finalizó cuando la canción llegó al minuto tres y su compañera dejó de bailar para caminar hacia ella.

A Lena se le heló el cuerpo por un momento.

No podía entender qué era lo que más le maravillaba de aquella rubia. Si era su forma de moverse por el escenario, su gracia, la confianza con la se veía, o aquellos ojos azules que la habían cautivado desde la vió de cerca.

La rubia llegó a ella mientras que seguía cantando hasta que paró y la invitó a que siguiera ella. 

Fue la primera vez que Lena dudó algo en esa noche. La rubia se encontraba en la otra punta del escenario de nuevo, estaba vez estaba pidiendo palmas a la gente. Lena negó con la cabeza y dejó que el ánimo de la gente llegase a ella. Bajó su cabeza para mirar la pequeña pantalla que había en el suelo con la letra y cantó.

And I never saw you coming.

Fue lo primero que logró cantar sin la voz de la rubia acompañándola. 

Aquella rubia.

Aquella rubia que había cambiado su miraba con orgullo en sus ojos y la sonrisa, —que Lena juró que era la más bella que había visto en su vida.— por una con mezcla de curiosidad y seriedad.

Lena esta vez fue la que se sintió con seguridad para dar el próximo paso. Caminó hasta la rubia con una ceja levantada y una mueca en su cara, queriendo comprender que le estaba pasando por la cabeza a su compañera que también venía hacia ella con el micrófono en su mano, pero no cerca de boca. Lena lo tomó como una señal de que tenía que continuar cantando. Y lo hizo.

And I'll never... Be the sam-

Pero no pudo terminar de cantar porque fue interrumpida por aquella rubia que al llegar a ella no tuvo mejor idea que tomarla de la nuca y unir sus labios.

Lena sabía que el lugar se había llenado de gritos eufóricos por lo que estaban presenciando, pero en su mente no había más que silencio, y esos labios. Dejó de tratar de comprender lo que estaba pasando y disfrutar del mejor beso que había tenido en mucho tiempo. No tardó en corresponderle y buscarla más al querer unir sus lenguas. Cosa que la rubia aceptó enseguida.

No sabía si la rubia se sentía de esa manera, pero Lena estaba derritiéndose con ese contacto. Ya estaba prendida y queria mas. Conocía su cuerpo.  La rubia había abierto esa puerta sin pedir permiso, pero Lena le había otorgado la bienvenida de inmediato. 

Lo que parecía querer durar años, se esfumó al próximo segundo.

La rubia se había despegado de los labios de Lena y se volteó a seguir cantando como si nada hubiese pasado. 

This is a state of grace

This is the worthwhile fight

Lena estaba atónita, con los labios levemente hinchados y rojos. Se encontraba caliente, muy caliente. La rubia sabía muy bien lo que hacía cuando le mordió los labios.

Lena intentó recobrarse del momento que había pasado —y que todos habia visto—. No tuvo mejor idea que posar las manos —que casi se posan en una parte en particular de la rubia— en el microfono, que ya había puesto en el pie de donde lo había sacado para caminar hacia su detestable compañera rubia de karaoke.

Aquella rubia que cantaba con toda su pasión los últimos versos de esa bendita canción.

Love is a ruthless game

Unless you play it good and right

Al terminar, Lena, no quiso mirar al público. Solo ir a buscar a la rubia que había logrado que su cuerpo fuese el mismo infierno por unos segundos.  

No pudo creer lo que sus ojos estaban viendo, aquella chica se iba como si nada al lugar donde estaban sus amigos. No dudó en correr tras ella, y al alcanzarla, interponerse en su camino. Lena no supo si fue por el estado de su cuerpo, o que tal vez aquella rubia vivía en el gimnasio, pero sintió que se chocó con la pared más fuerte en el mundo.

—¿Qué carajos fue eso, rubia?—lanzó Lena sin pensar. Estaba furiosa, y caliente.—la rubia la miró con mala cara por el choque, pero suavizó su mirada al darse cuenta de quién se trataba.

—¡Vos sos mi duo!—la rubia eufórica quedó mirándola como tratando de recordarla de algún otro lado más, cosa que enfureció más a Lena.—¡Grumpy Cat! ¡Nia la encontré!—continuó gritando la rubia.

Lena sabía que estaba borracha, eso se notaba. Pero lo que más le enfurecia, aparte del beso, y que la dejara de la nada, era que de verdad aquella rubia en ese estado le enternecía hasta la médula. No podía enojarse con ella teniendo esa cara alegre y la sonrisa de oreja a oreja que había puesto mientras la señalaba. Bajó su cabeza rendida cuando sintió a más personas unirse a ellas.

—Dios mio, Lena. Lo lamento tanto.—Alex la tomó del brazo interponiéndose entre ella y la rubia, que ahora estaba con la morocha que reconoció como Nia, que la llamó—Grumpy Cat—, según la rubia.

—Mi hermana nunca hace estas cosas, pero hoy se pasó. Perdón, Lena, de verdad no sé qué  decir.—Alex siguió disculpándose.

La rubia es su hermana. Genial.—pensó con sarcasmo Lena.

—¿Lena estás bien?—su amiga llegó a la reunión tratando de no reírse por la situación.

Definitivamente no era su noche. Ella estaba furiosa, y su amiga no daba más de la risa.

 —Me voy, Kelly. Disfruta tu noche.

—¡Para, Lena!—Kelly la frenó tomándola del brazo.—no creo que lo haya hecho a propósito. Kara no es as..—Lena levantó su mano para callarla. No quería saber más nada de esa rubia, Kara, o como sea que se llamaba.

—Está todo bien, Kelly, tranqui. Pero me voy a ir. Estoy cansada. Discúlpenme.—dijo Lena pasando entre su amiga, Alex, la rubia tonta, y sus amigos.

Y salió de ese lugar deseando no haber ido, haber conocido a esa rubia, y más que nada, deseó que ese beso no le hubiese gustado tanto.

Pero le fue imposible sacarselo de su mente esa noche, al igual que la canción que dejó que Spotify la reprodujera en repetición hasta que el cansancio la venció.

Maldita rubia con ojos hipnotizantes, voz de angel y labios de fuego.




State Of Grace 》SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora