State Of Grace 》Supercorp

7. Noche de juegos.

A Kara le bastó mirar nuevamente una de las donas que Lena Luthor le había dejado, para callar su mente y seguir el instinto de correr hacia ella.

Salió del lugar y buscó ayuda en sus poderes para encontrarla. Al no haber gente pasando por aquella calle se permitió correr más de lo que la velocidad humana era posible.

Lena Luthor ya había recorrido dos cuadras desde que dejó esa cafetería cuando sintió una brisa detrás de ella, luego a alguien alcanzarla y tomarla del brazo. Entró en pánico por un instante, pero el temor se fue disminuyendo al ver que se trataba de la rubia a la que le había vuelto a dejar esos bollos de masa que tanto disfrutaba.

—¡Lena!, lo lamento todo. Lamento haberte llamado para cantar y haberte besado... no soy de esas personas que van besando a la gente como si nada, de hecho no recuerdo nada de eso, pero mi hermana y mi amiga me dijeron todo lo que hice y de verdad lamento todo, yo, yo...

—Respira.—le dijo Lena.

—¿Qué?—la rubia no entendía de qué hablaba.

—Que respires.

Kara entendió que estaba balbuceando de lo nerviosa que estaba.

Tomó un respiro y volvió a hablar.

—Solo quería decirte que lamento por lo que pasaste por mi culpa.

—Te perdono, aunque también debo disculparme por como te trate en tu casa.

Kara se alivió y Lena le sonrió.

—Me alegra saber que no sos de las personas que van besando a la gente porque sí, ¿aunque si sos de las que las invita a su departamento a tener relaciones porque si?

—¡¿Qué?!—Kara palideció.

Lena disfrutaba de lo nerviosa que se veía la rubia. No se cruzaba con personas así tan seguido. Comenzó a reírse y la rubia cayó en cuenta, rió también.

—¿Bromeas, no?

—Si, Kara. Bromeo.

Las risas cesaron pero ambas disfrutaron del silencio que sostuvieron hasta que Lena volvió a hablar.

—¿Te gustaron las donas?

—Si, de hecho son mis favoritas.

—Todavía no logro probarlas.—bromeó Lena.

—Deberías disculparte menos—le siguió el juego Kara.

—Y vos deberías dejar de besar a la gente en los karaokes.—ambas volvieron a  reir.

Sin darse cuenta realmente, ambas se habían sumergido en una agradable conversación donde hablaban un poco de todo mientras caminaban sin rumbo.

Kara comentandole sobre sus series favoritas, y Lena escuchándola con atención mientras tomaba de su café.

Era increíble la agradable conexión que sentían, cualquiera que las viera juntas juraría que se conocían de toda la vida. Y eso mismo sentían ellas.

Su destino sin rumbo había llegado a su fin ya que a Kara le había llegado una llamada de su hermana. La ciudad necesitaba a Supergirl.

Tuvo que mentirle a Lena diciéndole que debía ir al veterinario a ver a su perro, y Lena dijo que tomaría el lado para ir a Obsidian, donde su amiga trabajaba, para visitarla.

—Espero que tu perro se mejore, Kara. Fue agradable conocerte esta vez sin una canción y otras cosas de por medio.

—Lo mismo digo, y gracias por lo de mi perro. Ansio verlo.