Tres días pasaron, y durante ese tiempo, no había podido dormir, por lo que se la pasaba llorando hasta quedarse completamente seco.
Las pocas veces que logró caer dormido, soñaba con él. Aquellos sueños se veían tan reales, que lo lastimaban. Aún recordaba la hermosa sonrisa cuadrada que le brindaba su Ni-ki, esos ojos felinos lo traían loco; Sunoo estaba perdidamente enamorado de su esposo, tanto que pensaba seriamente en una oportunidad para dejar este mundo cruel, y huir hacía donde había partido su amado Japonés.
Pero lastimosamente eso era algo que no tenía permitido, su madre y su hermanita se quedarían solas si él se iba, no quería ser egoísta. Ahora sólo tenía que hacerse el fuerte, después de todo, no se perdería el funeral de Ni-ki.
Hace un par de días recibió una llamada de Jay, aquella llamada le caló los huesos, simplemente era algo que no podía creer. Llevó ambas manos a su cabeza porque creyó haber escuchado mal.
-<En dos días.. nos vemos en casa de los Nishimura, velarémos a Ni-ki ahí y luego lo llevaremos al cementerio. SungHoon, p-por favor, no f-faltes.
Dijo su mejor amigo del otro lado de la línea, con la voz quebradiza y la nariz tupída, y sin esperar respuesta, cortó la llamada, dejando a un SungHoon en shock y al borde de las lágrimas.
HanBin no estaba ahí para consolarlo, perdió a su novio y luego a su mejor amigo, pero entonces, la imagen de un chico se cruzó por su mente.
-Sunoo..
Si él estaba mal, no se imaginaba cómo se sentirá Sun en éstos momentos.
Se miró al espejo, vistiendo un traje completamente negro, incluyendo la camisa, a excepción de la corbata y la flor en el bolsillo de su pecho, aquellas eran de color blanco.
Fijó su vista en una foto pegada en el borde del espejo, era una foto que se tomaron todos el día de la boda de Sunoo y Ni-ki, la cual había pasado hace aproximadamente ocho meses.
Y ahora, en lugar de estar emocionados por qué navidad se acercaba, velarían y enterrarían a su difunto mejor amigo. A veces, las cosas dan un giro tan inesperado que toma a todos por sorpresa.
Miró la hora en su reloj de muñeca, tenía el tiempo justo para pasar por la florería e ir a la casa de los Nishimura.
Unos cuantos familiares rodeaban la sala, la madre de Ni-ki no había sonreído en ningún momento, ¿Y cómo hacerlo, si era el funeral de su hijo menor?.
Sakura estaba sentada al lado del cajón donde se encontraba su hermano, parecía hablarle, ellas no merecían ésto.
Riki no merecía morir.
Su vista se paseó por el lugar, todos estaban ahí, HeeSeung lloraba en silencio mientras consolaba a Jay, quién era un mar de mocos y lágrimas.
Jake y JungWon tenían sus manos entrelazadas, mientras derramaban lágrimas pesadas por éste terrible acontecimiento.
Incluso HanBin estaba presente, sus ojos levemente rojos y a la vez, cristalizados, palmeaba con suavidad la espalda de Sunoo; Éste último lloraba desconsoladamente.
Cuando notaron la presencia del más alto, Sun corrió hacia él, abrazándolo, buscando consuelo de alguna u otra forma.
Hoon no dudó ni un segundo en atraparlo entre sus brazos, colocando una mano en su nuca y otra en su espalda.
-S-SungHoon.. -Su voz lo destrozó, no se escuchaba nada similar a lo que recordaba, incluso parecía que le costaba hablar.
-S-Sunoo.. -Sin darse cuenta, el mayor ya se encontraba llorando junto al más pálido.
Ambos se abrazaron como si sus vidas dependieran de ello. Park levantó la vista con ligereza, y entre lágrimas notó aquella gigantografía de Ni-ki, donde el antes nombrado tenía una leve sonrisa que apenas elevaba las comisuras de sus labios.
Fue ahí que Park SungHoon le prometió a aquella imagen y frente al cuerpo de Nishimura Riki, que cuidaría a Kim SunWoo y lo ayudaría a salir adelante.
-Kim JunMin
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🥀A Second Oportunity🌹✧SungSun✧
Fanfic⟨Sunoo quiso callarlo con un beso, estaba seguro que su Ni-ki no se iría, no iba a dejarlo ¿O si?.⟩ Dónde Sunoo pierde a su ser amado, Ni-ki, y SungHoon regresa para consolarlo y ayudarlo a seguir adelante. Le ofrecerá un trabajo muy fácil, pero deb...