⟨Sunoo quiso callarlo con un beso, estaba seguro que su Ni-ki no se iría, no iba a dejarlo ¿O si?.⟩
Dónde Sunoo pierde a su ser amado, Ni-ki, y SungHoon regresa para consolarlo y ayudarlo a seguir adelante.
Le ofrecerá un trabajo muy fácil, pero deb...
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Se sintió un idiota, y quizás lo era. Había traicionado la confianza de Kim, pensó que no se arrepentiría de haberlo besado, pero ahora estaba soportando las consecuencias de sus estúpidos actos.
Estaba más que frustrado, mordiendo su labio inferior mientras pensaba en qué debería hacer. Luego de haber estado apresando la boca de su menor por unos segundos, Sunoo se alejó de un impulso, y corrió hasta su habitación, encerrandose con seguro tras aquella puerta de madera.
Pensó en ir tras él para aclarar las cosas, pero sabía que el pelirosa necesitaba espacio para procesar lo que SungHoon había dicho y hecho.
Trató de hacer sus cosas durante el resto del día para olvidarse de lo ocurrido, pero lo único que estaba en su cabeza era Sunoo.
Fue a su práctica sin él, no sin antes dejarle una nota en la mesa del comedor y un par de mensajes a su celular disculpándose por su atrevimiento.
Se sentía tan mal que no puso el 100% de su rendimiento como siempre, el entrenador lo notó de inmediato y le dió un descanso, pero SungHoon se negó.
—Hoy parece que te está yendo terriblemente mal, Principito, y no trajiste al lindo de Sunoo contigo, es una lástima..–Dijo K, fingiendo pena, Park sólo lo ignoró—Estaba decidido a robarle un besito a Sun, pero, tendré que posponerlo para otro día~–.
—No se te ocurra tocarle un pelo a Sunoo–Podía molestarlo con lo que sea, absolutamente todo le daba igual, pero si metía a Sunoo, no dudaría en golpear al hijo del entrenador.
—¿Y por qué debería obedecerte?, Sun es demasiado tierno, y esa es una de mis debilidades, además, está soltero y yo también, así que voy a hacer lo que sea para tener una oportunidad con él, ¿Me oíst-–.
—Te dije que no lo toques–Lo tomó del cuello de la camisa, empujándolo un poco fuerte, provocando que el Japonés se golpeara la espalda con la pared de aquel baño—Y ni se te ocurra volver a acercarte a él–.
—¿Me estás amenazando?–Sonrió el extranjero con algo de burla en su mirada, dejando que SungHoon arrugara su camisa favorita entre sus puños.
—Te estoy advirtiendo, idiota–Sin más, lo soltó con brusquedad y salió del baño para tomar sus cosas, con la intención de regresar a casa.
Mientras manejaba su auto, sentía su sangre hervir, definitivamente no dejaría que K se aprovechara de la persona que ama.
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