En el casi amanecer, la tenue luz del sol que calentaban los fríos cuerpos de todos los animales y las escasas especies fantasmales que quedaron por la isla, comenzaban su jornada diaria de vida una vez más. Como los nocturnos que estaban por acababan la suya.
Despertar, buscar alimentos, intentaré sobrevivir y evitar por completo la distorsión hecha hace unos meses.
El brillo de los ríos y lagos al refractar la luz haciendo que fueran un espectáculo hermoso de la naturaleza en toda su expresión. Todo apuntaba hacia la noción de tener un nuevo y mágico día por delante.
Si no fuera por aquellos cumulonimbos gigantes grises en la lejanía que traían algún tipo de mal presagio, que se aglomeraban entre si, impidiendo que la luz pasará del todo.
El volumen exhuberante de tales, y el viento que azotaba en todas direcciones, era el preludio para una gran tormenta que se avecinaba en cierto día en el cual estaba ocurriendo ciertos acontecimientos no planeados con originalidad.
Todo estaba cambiando en este momento; para bien o para mal eso se vería más adelante. Lo único que era certero es que el camino que se tomaba en este momento se es uno de tal divergencia que sería demasiado complicado de corregir.
Pero no imposible.
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La mayor druida existente de estas tierras balanceaba su maza con una habilidad absurda. El uso de tal arma contundente nunca debería de ser tan grácil, tan estético y brutal al mismo tiempo, pero tal cosa era lograda por este dios.
Aún tan entrado en su batalla de miradas, el "dios bueno", aún parpadeando lograba visualizar esos ojos dorados resplandecientes, llenos de poder, que lo examinaban tan fijamente, como una rata de laboratorio.
La potencia con la que se le miraba, de forma continua, hacia saber que un joven hijo de Danann caería de rodillas con solo la intensidad que emanaba tal órgano.
La sensación de ser aplastado por una fuerza intocable estaba presente en su mayor resplandor al momento en que la iris de tal cosa te veía directo a los ojos, y aún con tal sentimiento, Dagda se mantenía firme intentando desvelar los misterios de tal cosa, solo para ser arrancado de su análisis y ser arrojado a gran velocidad a lo que era un campo de guerra. Pero no cualquier campo, sino que era uno inquietantemente familiar a tal espacio que el mismo utilizo para realizar diferentes modificaciones, convirtiéndolo en refugios para su gente en un futuro lejano.
Dejando ese hecho atrás, se centró en las masas lejanas que lograba distinguir, las cuales se encontraban acompañadas de lo que parecían ser pieles de animales, en especial lo que sería la "cara" de estos repartidos por todos lados y los cuervos carroñeros volando, devorando la que podían de los cuerpos amontonados, dejados por tal masacre.
Los alrededores estaban sospechosamente tranquilos, sin ningún ruido más allá del grasnido del cuervo pasajero que volaba sobre él. No veía nada de malo en este tipo de lugar, ya que con vehemencia, aceptaba que esto era la guerra. Miles de vidas perdidas por intereses.
Intentando salir de tal ensoñación, no era momento de filosofar, para procesar con tranquilidad y realizar contramedidas de todo esta nueva información. No sin antes intentar subyugar tal lugar con su autoridad. Hecho que causó que el aire silbara de forma imprevista y al dirigir su mirada a el origen de tal sonido, fue recibido por un enorme objeto volando hacia su ser. Al intentar tomar el objeto, por reflejo, con pura fuerza bruta la visión se terminó, dejándolo extrañado por esa última imagen.
Poco después de que se le mostrará tales cosas, el soberano druida plantó los pies nuevamente en la tierra, siendo recibido por las miradas tanto curiosas como preocupadas de Lugh y Teutates. Sabía que le habían preguntado algo, pero no entendió que fue lo que hicieron, ya que su mente estaba trabajando en las contramedidas de lo que se avecinaba.
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Fate/ Gardian
RandomEn un lugar donde las cosas son tan iguales, pero a la vez tan diferentes. En donde, de las tantas posibilidades de ocurrir un evento, alguien hizo un pacto para seguir el camino de un "salvador". Pero no con la inconciencia colectiva de la humanida...