Ojos Carmesi: Colina III

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"¡A LA CARGA!" Gritó un Tuatha de Dannan al clavar efectivamente con su lanza la cabeza de un fomoriano, matandolo al instante.

"¡TOMARÉ TU CABEZA!" Solo para ser decapitado por un nuevo dios de la muerte que salió de entre todo el caos en el campo de batalla. "¡MUERTE A BASTARDOS IMPOSTORES!"

Rugiendo en júbilo por una nueva presa caída ante sus garras de halcón, el fomoriano no notó el garrote que vino desde abajo de la cintura haciendo que su torso explotara en sangre y tripas.

"¡Rápido muchacho!" Dagda no le dio importancia a la brutal escena que protagonizó, ni a todas las demás ocurriendo a su alrededor, simplemente continúo corriendo mientras apresuraba al joven Danann hasta llegar donde reposaba Belenos.

"¡No soy-!" Brincando sobre la espada de un Danann no muerto, había esquivando exitosamente el hecho de haber quedado sin recursos para transportarse de forma eficiente y por ende les habría hecho perder más tiempo. "¡Muchacho!, ¡Soy Radaíocht!"

"!Solo mueve esas piernas muchacho!" Gritó nuevamente Dagda mientras "removía" ciertas molestias en su trayectoria en la entrada de los Sidhe. No podían utilizar algún tipo de magia para tele transportarse debido a que las barreras espirituales que se asentaron después de tanto tiempo siendo reconocidas como un hogar para las hadas les impedía hacer una buena conexión, además del estado caótico en el que se estaba comportando la energía mágica por todo el lugar.

En una analogía actual sería como intentar disparar por una rejilla de 9mm una bala de calibre 50 y evitar destrozar las paredes mientras un tornado estaba presente, agitando el aire a velocidades de 300km/h.

Simplemente no podía, y más con su condición actual degradándose más y más. La maldita maldición estaba tomando terreno a pasos gigantes, haciendo que su cordura, como su cuerpo fallaran poco a poco.

Pero lo que si podía realizar eran pequeños desplazamientos de cientos de metros para evitar quedar atrapado fuera de la dimensión en la que había desplegado junto con la casta sacerdotal. Solamente que eso le haría gastar aún más magia de la que ya estaba haciendo para mantener la dimensión fuera del alcance de los mortales.

¡ESTRUENDO! ¡BRILLO INTENSO!

"¡TRAGATE ESTO!" Una cantidad de descargas atmosféricas de proporciones titánicas, ilumino cada rincón del otro mundo creado por el antiguo dios Thuat Dé, que dejaría como una pequeña chispa el mayor relámpago registrado en la era moderna. El rayo golpeo a tantos y en tantos lugares que la roca rápidamente se fundió por la temperatura y energía que poseían tales fenómenos, dejando enormes huecos de cientos de metros de diámetro, por cada ramificación del rayo principal.

Y eso era el otro porque no simplemente salían volando como si nada, ya que el sobrevolar todo el lugar no era para nada una buena idea debido a que Taranis estaba haciendo un espectáculo del más alto nivel. El clima cambiaba según su capricho mientras infundía diversos estados sobre su propia espada para obtener mucho mayor daño sobre todo aquel que se estuviese atravesando en su camino.

Donde aquellos con suficiente conocimiento y capacidad, lograron erguir protecciones en contra del ataque que cayó sobre los enemigos de los hijos de Danna.

Pero aún a la distancia podía verse como más fomoreos llegaban al campo de batalla. Muchos de ellos eran marionetas resucitadas de mala manera, pero que cumplirían con el rol exacto de desgastar a los Tuatha Dé.

Razón por el cual, Taranis era el que estaba encargándose principalmente de quemar hasta las cenizas a sus camaradas para evitar que Balor usara su autoridad, como la de Dian y Morrigan. Como también muchos de las más experimentadas deidades se mantenían en primera línea para realizar tales tareas.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2023 ⏰

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