Historias cortas: Ojos Carmesí

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Lo había subestimado. 

Sentía su aliento calentarse entre más progresaba en su actividad. Esta capacidad de ejecutar tal maestría en el uso del filo de una hoja. Los cortes, las apuñaladas, los finos movimientos que daban un resultado a una belleza digna de un perfecto maestro en su área. Aun con suaves, lentos y metódicos pasos, él hacía parecer tan fácil el cortar la carne que tenía frente suyo. 

El antiguo color purpura repulsivo de la piel y verde de la carne del unicornio fue dejada atrás para que en su lugar tomará un color más cercano a la piel humana y un rosa muy vistoso para la carne al tener las llamas haciendo contacto directo.

Había usado el arte rúnico para obtener tal resultado asombroso.

Ella por su parte se mantenía al margen, “supervisando” el proceso con toda su atención al ver como se desarrollaba todo. Esperando pacientemente, pero con cierta inquietud dentro suyo, a que terminará su tarea Gardian.

El movimiento por toda la zona parecía ser caótico, pero para los ojos entrenados podían ver la lógica de todos los pasos realizados, sin ningún momento desperdiciado. Todo por el bien de la eficiencia en su propia lucha.

Un golpe final de la hoja sobre la carne forzó que este diera vuelta al momento que todo terminó con un sonido prolongado del fuego asando la carne, terminando de consumir la grasa con su arma encantada. Con su cuerpo transpirado por la larga jornada a la que tuvo que someterse, finalmente parecía que había terminado con todo. 

Su objetivo se había cumplido a la perfección y los dos lo sabían. Girándose, se encontró con esos ojos que se habían suavizado un poco desde el momento en que la conoció y tomando el fruto de sus esfuerzos se lo presentó como si se tratase del más grande regalo jamás dado. 

Tomando con cuidado el presente, Scathach lo vio, evaluándolo un instante antes de… 

“Mmhhm. Esto es demasiado bueno.” Metiéndose un pedazo bastante generoso de carne sazonada a la boca, no pudo evitar cerrar sus ojos ante el espléndido sabor culinario que había tenido el placer de conocer sus papilas gustativas.

Había vivido bastante tiempo en este mundo, pero realmente nunca había tenido la oportunidad de conocer este tipo de cocina tan sofisticada. Era toda una delicia el poder tener una comida como esta, aun si esta provenía de una bestia fantástica venenosa como lo era el unicornio.

Es verdad que la carne de este tipo de bestias eran incapaces de ser procesadas normalmente, ya que la concentración de mana en ellas era letal para los humanos, pero teniéndola a ella como una extravagante y eficaz medio para limpiar la carne de la mayoría de las toxinas para el ser humano, la carne era bastante sabrosa y suave. Levemente picante, pero muy disfrutable. Nunca pensó que usar runas sería tan entretenido, además de usarlas para la lucha. Fue una experiencia… divertida.

 “Me alegro que le guste. “  Dijo mientras le servía una nueva porción a un pequeño entusiasta de la carne, quien ni siquiera esperó para tomar su asiento al lado de sus padres para comenzar a comer nuevamente. Los padres en la lejanía solamente asintieron en agradecimiento a lo cual él devolvió el saludo con un pequeño gesto de su mano.

El calor del fuego en la parrillada al aire libre e improvisada fue minimizado por la “pequeña” celebración hecha por la supervivencia de la aldea en la que se habían topado horas atrás. Al son de bodhráns, panderetas, gaitas, bombardas, lirias y flautas retumbando hasta el núcleo de las personas, tanto la felicidad como la tristeza eran gritadas al cielo. Quienes bailaban con su espíritu libre alrededor de una enorme fogata que calentaba el ambiente y corazón de las personas que estuvieron a punto de perderlo todo.

Fate/ GardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora