Capítulo 6◉

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La tarde ya estaba sobre ellos, el cielo oscuro cuando Hermione fue al baño a ducharse por lo menos por tercera vez ese día. Pero ésta no estaba motivada por otra cosa que por la necesidad de ponerse el pijama y acurrucarse con el maravilloso hombre que estaba en la habitación con ella. Tenía que aprovechar al máximo su tiempo. Después de todo, era limitado. Se preguntaba si él la habría querido si no estuvieran atrapados el uno en el otro.

Cuando salió del baño, fue a una habitación oscura, para ver a Severus sentado en el asiento de la ventana, con las cortinas y las persianas completamente abiertas.

"¿Se ha vuelto a ir la luz?" Preguntó ella.

Él sonrió mientras miraba desde la ventana hacia ella. "No. La he apagado para ver mejor la luna y las estrellas".

La noche era clara y el cielo de un azul noche que estaba bellamente iluminado por pequeñas estrellas y una luna llena plateada, grande y brillante que se reflejaba en la blanca nieve virgen. Severus lo admiró, admiró la calma. Le gustaba hacer eso de vez en cuando desde la guerra. La paz era algo que había que disfrutar.

"Ven a sentarte conmigo", le indicó.

"Oh, no, no. No me acercaré a esa ventana".

Se rió. "Deja de hacer tonterías, bruja".

Su sonrisa era tan cálida y abierta, casi... cariñosa, y la llamaba con tanta dulzura. Ella no podía decir que no. Quería estar a su lado. Así que se acercó a él y le cogió la mano para sentarse con él, de espaldas a las ventanas que podían tener mirillas mientras se enfrentaba a él. Él sonrió, mirándola a los ojos, y luego ahuecó su mejilla, acariciándola.

"¿No es hermoso?" Preguntó mientras miraba hacia la brillante luna, hacia la blanca nieve y las montañas más allá.

"Sí, muy", sonrió ella mirando también hacia fuera, reacia a apartar la mejilla de su mano cálida y fuerte. "Aunque me hace sentir bastante frío...", como si estuviera acurrucada. Se acercó más a él y le acarició tímidamente el pecho. Él la atrajo hacia sí por completo, en el círculo de su abrazo.

Se acurrucaron y contemplaron las estrellas durante un buen rato, pero no pasó mucho tiempo antes de que Severus enganchara su dedo índice bajo la barbilla de ella e inclinara su cabeza para que sus labios se encontraran con los de él. La saboreó a fondo, su lengua acarició la de ella y exploró su boca hasta cruzar ese umbral de dulce muestra de afecto y pura lujuria y necesidad.

"Severus..." respiró cuando se separaron. "Sé lo que estás haciendo..."

"¿Qué estoy haciendo?" Rumoreó él con descaro.

Ella entrecerró los ojos sin dejar de mostrar los dientes, con los labios curvados. "No junto a la ventana". Entonces se apartó, pero no con dureza.

De nuevo le cogió la mejilla y se limitó a admirarla con luz en los ojos mientras acariciaba su piel. "¿Sabías que eres aún más hermosa a la luz de la luna?" Preguntó, acomodando su cabello detrás de la oreja.

Hermione sonrió tímidamente y se inclinó hacia delante para cubrir sus labios con los suyos. "Eres demasiado dulce, Severus Snape", pronunció ella cuando se separaron. "¿Quién lo diría?" Ella sonrió más ampliamente.

"No soy dulce. Simplemente digo la verdad. Creo que eres preciosa. Y desde hace mucho tiempo". Lo dijo mientras le acariciaba la cara y la miraba con ojos suaves, rasgos suaves que ella nunca había visto en él. Le llenó el corazón de calidez. Una vez más rozó sus labios con los de él, porque no estaba segura de qué responder. Sólo que esta vez, él tomó el control del beso, incrustando sus dedos en su pelo e inclinando su cara hacia la suya mientras devoraba su boca de forma hambrienta pero perezosamente suave. Su boca abarcó toda la de ella y ella pudo sentir cómo sus labios se saboreaban por completo, hinchándose mientras su lengua perseguía la suya en el espacio que compartía con la de ella.

𝑬𝒏𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 | 𝑺𝒆𝒗𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora