Bad Blood | Libro I | Ticci-Toby

Perdóname.

Los días siguientes fueron algo extraños. Ahora entrenaba día a día, no importaba si quería o no... Tenía que poder defenderme de cualquier ataque. Mientras estábamos frente a todos –Toby y yo— éramos los mismos de siempre, el único que sabía era Jeff que de vez en cuando tiraba una indirecta y Toby pateaba su pierna. Si seguían así, Slenderman, seguro se enteraba y nada bueno iba a caer para ambos. Como sea, en otras noticias... Nina y Eyeless están cada vez más acaramelados. Los encontré en más de una ocasión besándose incluso frente a Slender y los otros creepys. Entonces... Si fuera una creepypasta podría estar con Toby... El problema es que yo no podía asesinar, no estaba lista para hacerlo y tampoco quería. Pero... ¿Sería capaz de hacerlo por Toby? Solo deja el tema de lado, Mitch. Toby... ¿Qué haría contigo? ¿Qué podía hacer? Ahora solo podía pedir por besar sus labios mientras estábamos acostados en la cama, era el único momento donde nadie nos veía. Me reí internamente ¿Un amor prohibido? Creí que solo existían en los cuentos de hadas. La palabra "hada" y la palabra "Creepypastas" no eran sinónimos en ningún concepto, eso era lo que lo volvía tan divertido.

— Mitchie. – Helen me llamó.

— ¿Sí?

— Dijiste que querías ir a caminar ¿Vamos?

Pedimos permiso y salimos a caminar por el nevado bosque.

— ¿De qué querés hablar? – Pregunté luego de al menos veinte minutos caminando sin destino.— Te conozco y sé que hay algo que te preocupa.

— ¿Te gusta Toby?

Mierda.

— ¿Qué?

— No mientas. Veo como lo miras, como él te mira... Luego eso que pasó con Jeff... No sé qué sucedió ese día pero puedo asegurar que no fue un típico abrazo. – Se paró frente a mí y me miró directo a los ojos.— ¿Qué sucede entre ustedes dos?

— Helen... — Suspiré.— Sí. Él me gusta... Mucho.

Él comenzó a caminar nuevamente.

— ¿No vas a decir nada?

— Él no te conviene.

— ¿Por qué? ¿Por qué vos sentís que no es para mí?

— No es eso... Tenes toda una vida por delante. Salir con un asesino podría ser algo muy arriesgado. Además, tu contrato termina hoy.

— ¿Qué contrato?

— El acuerdo que hicimos. A partir de mañana podrás elegir donde quedarte, si en tu verdadero hogar o si con nosotros.

Lo había olvidado por completo.

— ¿Estás hablando en serio? Es obvio que me quedaré, si me voy me asesinarán de una manera u otra Helen.