Los hermanos de Slendy + 1K Leídas

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Volvimos a la cabaña riéndonos de los disparates que decía Nina, o al menos yo lo hacía. Eyeless y Toby caminaban más atrás charlando de quién sabe qué. Nina era muy divertida, es verdad: Estaba loca. Pero era muy graciosa y no dejaba de sacarme sonrisas. Me pregunto cómo era antes de convertirse en asesina. Una vez en la cabaña abrimos la puerta y me sorprendí de las dos personas que estaban allí.


¡Ella debe ser la niña Mitchie! ¿Verdad?¡Mucho gusto! – Un hombre de traje negro con puntos de colores apareció frente a mí sonriendo. ¿Splendorman? ¡Yo creía que solo era una parodia de Slenderman!


— Hola hermosa. – Miré a un lado y ahí estaba, en paños menores, Offenderman. Por favor que alguien me lleve al manicomio, estaba segura que solo eran parodias.


— Ho-hola. – Respondí medio confundida.


— Como sabrás, ellos son mis hermanos. – Respondió con rabia Slenderman.


— Leí sus historias pero... No creí que enserio existieran. – Dije honestamente.


— ¿Podrías preparar la cena? – Asentí y fui a la cocina con Eyeless, Toby y Nina.


— No me agrada el tipo en poca ropa. – Dijo Nina. — ¡Pero el otro me parece muy adorable!


— Lo había olvidado, ustedes nunca los conocieron...— Eyeless nos miró a ambas y comenzó a explicarlo. – Ellos vienen a visitar una vez cada tantos meses. Slenderman los detesta, al igual que Toby, Jane, Masky y yo. Splendorman luego de un rato se vuelve insoportable y Offenderman... Intenten no acercarse mucho.


— Me dan igual. Mientras no me molesten. — Prendí la hornalla a fuego medio—fuerte y coloqué una olla con algo de aceite. Saqué los tomates de la heladera y comencé a picarlos. Nina estaba sentada en uno de los taburetes jugando con su cuchillo, Eyeless estaba a su lado observando como Offenderman molestaba a Jane mientras que Splendorman jugaba con Sally y Toby estaba sentado sobre la mesada haciendo lo mismo que Eyeless.


— A veces me irritan. — Dijo Eyeless.


Saqué el medio kilo de carne y comencé a cortarla en trozos medio grandes. Luego las condimenté con sal, pimienta negra y los dejé a un lado. Tomé el cuchillo con el que Nina estaba jugando y aplasté cuatro dientes de ajo. Los tiré dentro de la olla con una hoja de laurel y esperé a que empiece a chisporrotear, en ese momento, añadí la mitad de la carne que había cortado anteriormente.


— ¿Eyeless? — Me miró. — ¿Podrías pedirles que vallan al salón de arriba? Necesito poner la mesa. Él asintió y cumplió mis pedidos.

Una vez bien dorado todo lo deje a un lado, en un bol, y añadí el resto de la carne.


— ¿Quieres que te ayudemos en algo? — Preguntó Nina.


— Con que me hagan compañía me basta y sobra. — Sonreí.


Cuando el resto de la carne se doró las saqué de la olla y lo dejé en el mismo bol que antes. Tomé los tomates ya troceados y los dejé a fuego fuerte, esto haría que soltaran el agua que contenían. Salí de la cocina, saqué los platos de la alacena y comencé a ponerlos uno a uno. Me volteé para buscar los cubiertos y adivinen quien apareció... Offenderman.

Bad Blood | Libro I | Ticci-TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora