Capitulo VIII

30 4 1
                                    

El timbre había sonado hace mas de  5 minutos y yo seguía en el salón, no se encontraba nadie mas alrededor, a excepción de Darcel y yo . Por mi parte, yo seguía guardando algunos libros sin interés por voltear hacia el susodicho 

me había paralizado cuando su aliento choco contra la curva de mi cuello causando un repentino sobresalto a mis hormonas, y aún más a mi corazón. Los nervios o quizá miedo se habían hecho de inmediato presentes, cuando voltee y su mano pálida y fría levanto con brusquedad mi barbilla, conectando mis ojos cafés a los suyos, un par de esferas con un iris azul mas oscuro de costumbre, su pupila se había dilatado notoriamente y el reflejo del enojo se hacia presente en el.

Cualquier movimiento que hubiera podido causar en ese momento se congelo al sentir mi cuerpo estampándose duramente contra la pared detrás de nosotros; no me tome el tiempo de callar el quejido que se ahogo en mi boca o de disimular mi gesto de desagrado por el golpe... Su mirada pareció suavizarse en un intento de disculpa por el dolor que ahora sufría mi espalda.

 Me encontraba «atrapada entre la espada y la pared », o en este caso, «entre él y la pared »

 Sus ojos como dos dagas aun permanecían clavados en mi, y su cuerpo pegado al mio separando solamente nuestros rostros a pocos centímetros de distancia.

 Su aliento a diferencia de su tacto, se encontraba cálido y era simplemente tentador el hecho de que, con solo acercar mi rostro un poco mas, nuestras bocas se unirían; sus labios se encontraban entre abiertos y su respiración sumamente agitada, como si intentara calmar la furia en su interior, al igual podía asegurar que mi semblante se encontraba confuso y mis pupilas igual de dilatadas a las suyas con sumo deseo de sentir su tacto sobre mi piel.

El podía llegar a ser mi droga mas adictiva, y eso... Eso, él lo sabia 

a pesar de los pensamientos incoherentes en mi mente y del dolor en la parte baja de mi espalda, logre empujar a escasa distancia su cuerpo del mio, esmerándome por no dirigir de nuevo mi mirada a la suya . Claro, eso no duro mucho, yo nunca ganaría el juego si era contra el ojiazul, de eso se encargaría siempre él. Esta vez en vez de acorralarme, me atrajo a su cuerpo con una mano en mi cintura y la otra presionando mis labios para callar los pequeños gritos de mi garganta.

Estaba frustrada, resignada y algo decepcionada de mi poca fuerza física -o voluntad- para alejarlo.

Sonrió burlonamente para luego acercar mi cuerpo mas al suyo -si eso era posible-

Mi rostro algo enrojecido quedo encarcelado por los espectadores ojos del bipolar. Su mano descendió con precaución de mi boca ladeando su cabeza en un gesto visiblemente pequeño, pero que acelero mi pulso de la única manera que él podía hacerlo

Creí que el admitir que te gustaba el chico nuevo seria remedio para tu descabellado corazón, pero al parecer, solo te ha incitado mas 

No puedes pretender que no actué de tal manera con el tan cerca 

lamió sus labios lentamente y dejo caer su mirada en mi boca, fue así por unos instantes, hasta regresar a mis ojos con un suave suspiro 

-Nunca admitiría esto en voz alta, pero si tu rompiste una regla, supongo que yo también puedo. Porque te ves malditamente hermosa desde aquí -confeso en un repentino segundo donde mis pensamientos se nublaron y la sorpresa invadió mi rostro -vulnerable, indefensa, expuesta, sin nadie alrededor seria fácil hacerte daño -rozo mi mejilla con uno de sus anillos

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 31, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tu Luz En Mí OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora