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Mark

Ouch. En serio, tengo que aprender a decir que no, pero había sido totalmente imposible. Esos tres pequeños monstruos sacaron sus labios inferiores y parpadearon sus inocentes ojos, y caí más rápido que un hombre gordo en un buffet. Sin ofender a los hombres gordos. Son bastante abrazables. Estoy bastante seguro de que dormir en la casa del árbol había sido idea de los niños, incluso aunque enviaran a Momo a preguntarme. Con una voz así de dulce, ellos sabían que iba a ser incapaz de resistirme. Tengo que encontrar algún mecanismo de defensa para el futuro.

No quería abrir los ojos, pero esos estúpidos pájaros cantando alegremente estaban haciendo imposible que me volviera a dormir.

-Estúpidos pájaros -gruñí. Sentí que algo se movía junto a mí, Lentamente, moví mi mano hacia abajo y sentí un pequeño cuerpo cálido. Era demasiado pequeño para ser Jaemin o Shotaro, así que tenia que ser Momo. Mi toque provocó que se acurrucara más hacia mí.

El sonido de la puerta trasera abriéndose y cerrándose me forzó a abrir los ojos.

-Buenos días, Mark-hyung -susurró Shotaro mientras entraba a la casa del árbol. Sonreí como respuesta. Jaemin estaba tumbado junto a él, todavía durmiendo pacíficamente.

-Hey, bello durmiente -dijo Yuta. Estaba sosteniendo una bandeja con panecillos, dos cafés, y unas cuantas cajas de jugo. Noté que él estaba totalmente vestido para trabajar.

-Será mejor que estés hablando de alguno de los niños -respondí desorientado. Las mañanas y yo no éramos los mejores amigos. Me obligué a mi mismo a sentarme, reacomodando a una todavía adormida Momo, para que así ella descansara su cabeza en mi regazo.

-Nope. Lo siento -replicó- Taro es el único despierto. Dudo que aprecie que lo llame de esa manera. -sonrió. Y me paso un café -Tengo que ir a trabajar pronto. Dejare algo de dinero en caso de que necesites comprarles algo a los niños.

Sacudí mi cabeza, tomando un trago de café- Si les compro algo, será porque quiera hacerlo. No tienes que pagar por ello.

Él pico con una pajilla uno de los jugos antes de dárselo a Taro.-Tienes que dejarme hacer algo. No puedo dejarte a mis hijos sin pagarte algo a cambio.

-Puedes ayudar a Nana con su práctica de fútbol -ofrecí. Tome uno de los panecillos calientes y lo agité en frente de la nariz de Jaemin. Él tarareó y abrió los ojos.

-Trató hecho -rió Yuta- Pero tengo que comprarles algo también. Es lo justo.

Jaemin se sentó y gruñó, estirando sus brazos con un panecillo en sus mano -Chico, qué noche.

-Está bien -acepté- Por cierto, gracias por el desayuno.

-De nada -sonrió antes de sentarse a mordisquear su panecillo.

Shotaro gateó hacia mí y golpeó levemente a su hermanita en la nariz- Momo canturreó quedito.

-Shh -susurró ella. -Momo está dormida.

-Me voy a comer tu panecillo -le advirtió juguetón.

-No -se quejó, pero con una sonrisa en el rostro.

-Entonces será mejor que te levantes -respondió sonriendo. Era un buen hermano mayor. Shotaro sonrió y abrió sus ojos.

Los cinco desayunamos juntos antes de que los niños entraran a ver caricaturas. Yuta me ayudó a traer todas las almohadas y sabanas hacía adentro.

-Será mejor que me vaya. Entré mas pronto entre, más pronto podre salir -me dijo, tomando sus llaves. Lo seguí hasta la puerta para verlo irse. -Y añadiré algo mas a nuestro trato. -Fruncí en ceño. ¿Qué más podría querer? -Una vez a la semana los niños se quedarán con mis padres. Eso significa que tu y yo estaremos atrapados saliendo uno con el otro.

𝖬𝖺𝗋𝗄 𝖫𝖾𝖾: 𝖲𝖾𝖼𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋. [𝗒𝗎𝗆𝖺𝗋𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora