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Mark

Mis puertas y ventanas estaban cerradas. Jaemin y yo habíamos movido los muebles que no llevaríamos con nosotros para bloquear las puertas, en caso de que alguien se las arreglara para forzar la cerradura. Era mi dia, y estaba decidido a levantarme como yo quería. En el par de meses pasados, había sido bombardeado con planes de boda. Esos Nakamoto no hacían nada a medias, así que terminé envuelto en una descomunal cantidad de decisiones por tomar.

Afortunadamente, tenía a Jaehyun. Él estaba ahora de vuelta en la Universidad, pero hacía visitas frecuentes para lavar su ropa, meterse conmigo, y pelear y besuquearse con Johnny. Fue él quien trajo nuestro brillante sistema de toma de decisiones. Dardos. Podía elegir las opciones que me gustaban, Jaehyun las colocaba aleatoriamente en un pizarrón de corcho, y nos turnábamos para arrojar los dardos. Donde quiera que aterrizara, se lo hacía saber a las damas. Se impresionaron con mis habilidades para elegir rápidamente, hasta que descubrieron cómo lo había hecho.

Solo hubo tres cosas que elegí: los colores, el pastel, y al novio. Para todo lo demás, busqué la ayuda de otros. Boah me ayudó con la locación, Hyuna me ayudó a encontrar el traje perfecto, y Jihyun supervisó al resto de los hombres con sus tareas.

Ella tenía el trabajo más pesado.

Había estado en incontables pruebas, fiestas y despedidas. Yuta y yo trabajamos juntos para tener su casa lista para que Jaemin y yo nos mudáramos junto con Boster y el maldito gato. También tuvimos que mover la casa del árbol. No había manera de que la dejáramos atrás. Todo estaba listo y planeado. Todo lo que tenía que hacer era vestirme y decir "Acepto".

Rodeé sobre mi costado y abrí mis ojos, solo para encontrar un par de pequeños pies. Jaemin y yo tuvimos nuestra última noche para nosotros dos solos, así que jugué juegos casuales con él hasta que se pasó a mi cama. Aparentemente, se había girado en algún momento de la noche. Bajé la mano y cosquilleé ligeramente la parte de debajo de sus pies para despertarlo.

Sus risitas adormiladas alcanzaron mis oídos, así que me bajé y lo jalé para voltearlo y poder verlo.

- Necesitamos levantarnos y ponernos en marcha. Si vamos a ser Nakamoto, tenemos que aprender a estar a tiempo para las cosas.

- Necesito algo de café - dijo Jaemin, estirando sus brazos sobre su cabeza.

- Tú no bebes café. - contesté, haciéndole cosquillas otra vez.

Bajó sus manos, como un intento de bloquearme. - De acuerdo, de acuerdo, tomaré jugo.

- ¿Tienes todo empacado? - pregunté. Él, Shotaro y Momo iban a pasar la semana con sus abuelos, mientras Yuta y yo nos íbamos a nuestra Luna de Miel.

-Sí, Capitán - contestó.

Me senté. - Entonces, pongámonos en marcha, chico.

Cepillamos nuestros dientes y tomamos algunas cosas que no habíamos llevado a casa de Yuta. No íbamos a vivir en esta casa nunca más, pero podíamos seguirla visitando. Alegando que le había gustado el vecindario, Lucas la había comprado con todo y los muebles que no me iba a llevar. Le deseé suerte. Esas personas estaban locas. De hecho, probablemente él iba a encajar muy bien.

Aparqué afuera de la casa de Hyojong. No estaba permitido que entrara ya que Yuta estaba ahí, así que le envié a Hyojong un mensaje de texto para hacerle saber que había llegado. Salió en poco tiempo con Momo en sus brazos.

Me incliné y besé a Jaemin en la mejilla. - Sé bueno. Te veré en la boda.

Él sonrió. - Está bien, papá. - Me besó de regreso. - Te amo.

𝖬𝖺𝗋𝗄 𝖫𝖾𝖾: 𝖲𝖾𝖼𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋. [𝗒𝗎𝗆𝖺𝗋𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora