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Yuta

Este pudo haberse convertido fácilmente en el peor día de mi vida. Mark pudo haber decidido que el padre de Jaemin tuviera la oportunidad de completar su familia, y eso me asustaba terriblemente.

Había tomado por garantizado que él siempre iba a estar ahí. Había asumido que Mark me quería tanto como yo lo quería a él. No pensé que necesitaba decirlo hasta el momento en que me di cuenta de que podría ser muy tarde para hacerlo.

Pero ahora Mark estaba sentado junto a mí usando mi playera y luciendo completamente encantador. Yo le hice eso. Él me dejó hacerle eso. No iba a perder mi oportunidad. Iba a decirle que lo amaba ahora y entonces. De cualquier forma, tan pronto como abrí la boca para hablar, él se puso de pie y se fue. De ninguna manera. -Mark Lee, trae tu trasero para acá -ordené.

-Aw, qué tierno -contestó en un tono protector. -Crees que puedes decirme qué hacer. Bésame el trasero, Nakamoto.

Eso haría. -Si tu lo dices.-Me lancé por él.

-¡Era solo una expresión! -gritó sobre su hombro mientras corría fuera del cuarto.

La combinación de que yo conociera mi casa mejor que él y que estuviera un poquito adolorido, me dejó atraparlo rápidamente. -Una que tomaré muy seriamente. -Lo empujé sobre el mostrador de mi cocina y jalé su camisa.

Jadeó un poco sobre dramáticamente. -No. Te. Atrevas.

-Tienes un muy lindo trasero, Mark. -Lo molesté, pasando mi mano sobre su nalga derecha.

-Mi trasero no es lindo -se quejó.

Le di un pequeño golpe y sonreí cuando Mark gruñó. -De ahora en adelante, creo que te llamaré trasero lindo. Tú me dices Lion, así que es lo justo. -Mientras me miraba con el ceño fruncido, fui hacia abajo y le di un pequeño mordisco.

Mark brincó. -¡Hey! Dije bésame el trasero, no muérdelo.

-Lo siento -me reí, dándole la vuelta y
enrollando mis brazos en él. -No puedo evitarlo.-Besé el puchero que hizo. -Si no estuvieras tan adolorido, te tomaría justo aquí en este mostrador.

-Bueno, estaba en camino a tomar un cálido baño, pero entonces tuviste la repentina necesidad de maltratarme -contestó.

-Permíteme. -Lo alcé por las piernas y lo cargué hasta mi cuarto de baño. Mi bañera era más grande que el promedio, así que tomó un poco más de tiempo llenar gran parte de ella.

Mark extendió la mano y alzó uno de los muchos juguetes de la bañera. A veces, dejaba que Momo y Shotaro tomaran un baño en mi tina porque era muy grande. A ellos no les importaba tanto la hora del baño cuando les recordaba a nadar. -¿Eres un poco viejo para estar jugando en la bañera, no crees? -preguntó con una sonrisa.

Tomé el barquito de plástico de su mano y saqué su camisa sobre su cabeza. -Métete en la tina, trasero lindo.- Mark resopló mientras lo hacía.

Mientras él se ponía cómodo, encontré una canasta y puse todos los juguetes fuera del camino. No podía verme a mí mismo pasando mis manos sobre mi lindo Mark sólo para que un patito de hule chillara y arruinara el momento. Cuando tuve todos fuera del camino, me quité mis bóxers, sólo para escuchar a Mark reír quedito detrás de mí. Me giré, alzando una ceja.

-Sólo recordaba esa historia que Hyuna me contó acerca de ti quitándote un clavo del trasero -sonrió.

-¿Estabas revisándome el trasero? -le sonreí de vuelta.

Sus ojos dejaron los míos y los pasó hacia abajo. -Además de otras cosas.

Gemí. -Mark, no vamos a hacerlo en esta bañera pero si sigues diciendo cosas como esa. -No se veía muy arrepentido. Me senté, con mi espalda del otro lado, para que así pudiera darle la cara. Entonces tomé uno de sus delicados y pequeños pies en mis manos.

𝖬𝖺𝗋𝗄 𝖫𝖾𝖾: 𝖲𝖾𝖼𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋. [𝗒𝗎𝗆𝖺𝗋𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora