9- Beso en la frente (Keith x Oc)

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Etiquetas:

ლOc femenino

ლKeith es heterosexual (?)

ლOc antes utilizado en la colección: El ángel que me cuidó

ლUbicado en el final de la 7a temporada

Summary: 

Elizabeth no estaba segura de hacer esto, pero quería darle el último adiós a Keith, aprovechando que estaba inconsciente y que haría las cosas menos difícil para ambos. Así que está frente a la habitación de Keith en el hospital con el corazón a punto de salirse de su pecho. 

 ლ

Cuando Beth tenía 10 años, solía ser muy temerosa y torpe, siempre que había tormenta ella lloraba y se asustaba mucho. Muchas veces los cuidadores del orfanato quisieron quitarle ese miedo, a veces incluso encerrándola en el sótano en las noches de lluvia para que dejara de ser tan cobarde. Por supuesto, ella no estuvo sola en esos momentos. Keith siempre encontraba la manera de salvarla y calmarla.

Él era su mejor amigo desde que llegó al orfanato, aun cuando siempre parecía tan reservado. Keith era la única familia que ella necesitaba y conocía. Aun cuando a veces parecía tener problemas de ira y no le gustara jugar con las muñecas que le regalaban a Beth, él era todo su mundo básicamente.

Por lo que, cuando se enteró que Keith había obtenido un padrino que lo ayudaría a unirse al programa espacial, ella se sintió terrible y abandonada. Pero Keith la calmó.

—No estés triste, prometo que voy a estudiar mucho. Seré el mejor y vendré a sacarte de aquí.

En ese momento Beth solo tenía doce años y aunque le decían que debía madurar, la verdad es que su corazón seguía siendo el de la pequeña niña de seis años que Keith conoció. La niña a la que molestaban por las marcas en su piel y que castigaban cuando lo único que necesitaba era un abrazo. Ella se despidió de Keith con una sonrisa triste y lágrimas recorriendo sus regordetas mejillas, se veía sucia y con el cabello despeinado. Keith solo pensó que ella de verdad era linda.

—Volveré.

—Te esperaré.

Sin embargo, Beth sabía que para eso faltaba mucho tiempo, por lo que tuvo que volverse más fuerte para no ser maltratada o molestada. Aunque en el fondo lo único que sentía era miedo, ella no dejó que la vencieran. Y cuando las cosas más extrañas comenzaron a pasarle, ella se mantuvo firme con el recuerdo de Keith, con quien a veces podía conversar por video llamada cuando le daban permiso a la chica luego de hacer sus deberes.

Sin embargo, las tormentas le seguían dando miedo, era absurdo para ella con la edad que tenía (casi catorce años), pero no podía evitarlo. Y como todos se conocen muy bien en el orfanato, los niños que la molestaban aprovecharon una de esas contadas ocasiones en las que la tormenta azotaba con fuerza los límites de la ciudad para molestarla.

—Déjenme en paz— ella dijo.

—Eres una gallina, una bebita asustada.

—Sí, eres todo un fenómeno.

Afuera un relámpago cayó y la niña brincó del susto.

—Le tienes miedo a la lluvia, deberíamos sacarte para que duermas afuera.

—No— ella rogó—. Déjenme. Yo no les he hecho nada.

—Tú no. Pero tu tonto amigo si, y es hora de que alguien pague.

—Hasta él sabía que eres rara. Por eso se fue.

—Eso no es cierto— Beth negó.

—Claro que sí, te dejó.

Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora