despertar: una nueva aventura

(2)

Los cachorros ya tenían el año cumplido, jugando entre ellos siempre con la mirada de su madre puesta sobre su persona.

-Papi -se acercó el pequeño Sabo corriendo hasta el de pelo largo.

-Qué ocurre, Sabo? -tomó al rubio en brazos y lo sentó en su pierna.

-El hermanito todavía no nace? --se entendió entre sus balbuceos.

-Aún no, todavía no está listo -contestó, mirando al nido donde solo quedaba un huevo de color mate.

Sabo hizo un puchero.

-Ace, ven tú también -llamó al otro niño, quien rápido se acercó, siendo cargado y sentado en la otra pierna de su progenitor.

-Qué ocurre, papi?--formuló extrañado por el llamado.

-Quiero contaros como era vuestro padre para que vosotros le contéis a vuestro hermano o hermana

-alternó la mirada entre ambos infantes, viendo la ilusión en la mirada del rubio pero cierta mueca irritada en el pecoso.

-- Papi, papá te dejó solo --se quejó Ace en un gruñido, mostrando sus pequeños colmillos que estaban creciendo.

-Ace, eso no fue así -acarició su cabeza para que le prestara atención.

--Roger fue una excelente pareja
y hubiera sido un buen padre, pero se sacrificó para ponernos a salvo -esto llamó por completo la atención de ambos.

-Sacrificó? -consiguió formular con mucho esfuerzo Sabo.

-Sí, quiere decir que se entregó para protegernos -explicó con paciencia.

-Roger era un gran hombre, fuerte y valiente, siempre anteponiendo la vida de sus seres queridos por encima de la suya -comenzó a relatar con nostalgia.

--Nunca dio la espalda en una batalla, en ese sentido te pareces mucho a él, Ace --vio el ligero puchero junto al sonrojo que se formó en el rostro del mencionado.

-Papi -la voz de Sabo atrajo su atención.

-Papá era bueno contigo? -su rostro denotaba preocupación.

-Claro que sí, era la mejor persona que este mundo conocerá, que nadie les diga lo contrario -acaricio la cabeza de ambos con extrema dulzura, sacándole una risita al rubio mientras su hermano solo
sonreía avergonzado.

-Papá nos hubiera querido?--soltó de sorpresa el pecoso.

-Por supuesto, estaba muy emocionado cuando se enteró que estábamos esperándonos -frunció un poco el ceño por la pregunta.

-Por supuesto, estaba muy emocionado cuando se enteró que estábamos esperándolos -frunció un poco el ceño por la pregunta.

Por qué se entregó? -Sabo estaba triste, le hubiera gustado conocer a su padre.

-Estaba enfermo--volvió a acariciarlo para calmarlo.

-No iba a poder conoceros por su
enfermedad, por eso decidió entregarse, asi apartaría las miradas de nosotros--lo abrazó contra su hombro, siendo correspondido en poco tiempo.

-Cuando el hermano o hermana nazca le
contaremos sus aventuras -aseguró aún sin soltar el hombro de su madre.

Dragón sonrió feliz por escuchar eso, luego dirigiendo la mirada a su otro cachorro.

-Ace -este lo miró. --No le guardes rencor a Roger, él quería lo mejor para nosotros.

Ace solo asintió antes de escalar y situarse en su otro hombro, abrazándolo con cierta fuerza y acomodándose.