Uno

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Hace meses que su corazón se encontraba contra la espada y la pared y verla a ella no hacía más que emocionarlo más aunque no lo demostraba.

La mira instintivamente viendo su rostro descansado y cómodo, a su lado y feliz, estaba con él. Estaban juntos compartiendo una cama y no con pensamientos lujuriosos. Como si ella leyese sus pensamientos va despertando para poder encontrarse con su mirada. Sonríe soñolienta.

- Buen día Bakugou.

- Buen día.

Da un bostezo y se sienta en la cama para poder estirar sus brazos. Había dormido demasiado bien.

- Espero no haberte molestado esta noche otra vez con lo que no puedo dormir.

- Si, lo hiciste. -gruñe.

- Que bueno. -sonríe.

Rueda los ojos y se sienta en la cama dejando caer su espalda en el respaldar.

- Se te está haciendo costumbre venir a mi habitación solo porque no puedes dormir, si un día nos descubren será toda tu culpa. -frunce el ceño.

- ¿Y qué tienen que nos descubran?

El rubio parpadea un par de veces sin entender a esa pregunta, ella al ver su reacción decide proseguir.

- Digo, no tiene nada de malo que dos adolescentes salgan. -movía sus manos conforme seguía sus explicaciones un poco nerviosa.

- Tsk. Claro. -desvía su mirada.

- Pero es en serio. -frunce su ceño y se le acerca con las piernas cruzadas atrayendo su atención- ¿Qué te parece si salimos a comer? -sonríe.

Abre sus ojos sorprendido pero luego recupera su típica expresión.

- Si que no sabes qué tontería más decir. -bufa.

- Oi, es en serio. -cruza sus brazos debajo de sus pechos.

- ¿Y qué haríamos? -eleva una ceja.

- No lo sé, ¿comer?

Tsk. Rueda los ojos. Ella da un suspiro rendida.

- Esta bien, olvídalo, es una tontería.

Se levanta de la cama y se mira en el espejo arreglando su cabellera un poco desarreglada pero dentro de ella tenía una punzada en el corazón y vergüenza por haberle pedido eso, lo único que quería era salir corriendo. Tonta, no confundas las cosas, estamos hablando de Bakugou. Sus labios poco a poco se iban doblando para abajo aguantando las ganas de poder desquitar su tristeza.

Da la media vuelta con una sonrisa dibujada.

- Me iré a mi habitación, Momo iría a buscarme para poder estudiar juntas.

- Como quieras, te acompaño.

- No es necesario, por ahí nos descubren y no queremos eso.

Da una última sonrisa falsa y sale de la habitación sin decir nada más, dudosa, confundida y tonta. Se da una palmada en plena frente maldiciéndose a sí misma. Camina enojada hasta su habitación y un poco triste, agarra su almohada y la coloca en su rostro liberando un grito ahogado de furia y frustración.

Siendo sincero él si quería invitarla a salir y no quedar solo en amigos con beneficios que se enamoraban con promesas pero no quería reconocer que necesitaba de ella para poder seguir adelante y eso no hacía más que enfurecerlo.

Toc toc.

Con el ceño fruncido abre su puerta encontrándose a Denki sonriendo.

- Hola Kacchan.

Secreto || KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora