Secreto || Kacchako

Cuatro

Poco a poco iba despertando dando un bostezo, lo primero que ve es al rubio doblando su ropa. Se sienta y estira sus brazos.

- Por fin despiertas.

- ¿Cuanto tiempo estuve durmiendo?

- Como tres horas.

- ¿Y en todo ese tiempo estuviste conmigo?

Tsk. Bufa. No responde pero para ella era suficiente.

- Gracias.

Bakugou se sienta levemente fastidiado por pedirle que salga con él. Se sentía estupido pero a ella le gustaba las cosas así.

- O sea que hoy no harás nada.

Uraraka parpadea un par de veces.

- Bakugou hoy no tendremos, estoy en mis días.

- Ugh. No seas tonta.

- ¿Entonces qué pasa?

El rubio desvía la mirada bajando las cejas pensativo pero irritado o eso quería aparentar. Tsk. Se queda en silencio un buen tiempo dejándola más confundida.

- ¿Tengo que preocuparme?

La mira y su mirada mostraba su curiosidad. Ugh. La aparta poniendo su mano en toda su rostro y empujándola levemente.

- ¿Puedo tener una cita contigo?

Ochako parpadea un par de veces procesando la pregunta, estaba anonadada y sorprendida.

- ¿Poder? -pregunta.

Normalmente se usa la frase "¿quieres tener una cita conmigo?" Pero él utilizó otro verbo.

Él suspira orgulloso y enojado.

- ¿Puedo tener el privilegio de tener una cita contigo, cara de ángel? -mejora su propuesta siendo más entendible.

Y el corazón se le paró de tan solo escucharlo. Cierra sus ojos tratando de no sonreír de la felicidad pero era casi inevitable, pero no caería así.

- Pensé que no quería que nadie se entere que estamos saliendo.

Bakugou se apoya del espaldar de la cama acomodándose.

- Nunca dije eso, solo que no quiero incomodarte con nada. -coloca ambos brazos detrás de su cabeza recostándose.

- Entonces, ¿está bien no esconderlo?

- Sinceramente no me gustaba esconderlo, por mi iría por los pasillos diciéndole a todos que estoy contigo.

La castaña se ruboriza levemente.

- ¿Le dirías a Izuku que fui tuya en toda su cara?

- ¿Huh? -la mira directo a los ojos un poco ofendido- No me refería a que les diría a todos que te hice gemir.

- ¿Entonces a que te referías?

- De que simplemente estoy contigo. Ya que ellos piensen lo que quieren.

Uraraka seguía aún un poco dudosa y él lo notó. Abre su brazo.

- Ven aquí.

Hace caso y se apoya en él respaldar dejando caer su cabeza sobre él cómoda mientras la rodeaba con su brazo.

- ¿Te estoy haciendo dudar? Quisiera despejar toda cuestión que tienes.

- ¿Me quieres Bakugou?

Aunque no podía observar su rostro sabía que esa pregunta lo había sorprendido. Él traga saliva y se queda en silencio por unos segundos. Sonríe sin darse cuenta.