•Capítulo 23: A•

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Fingir que no pasó nada con Winter hace 5 días es difícil, sus palabras me golpeaban el pecho.

«no, mamá no habría querido eso, lo hice porque York juro violarme y asesinarme si no traicionaba al ejército británico.»

Solo me enfurecía más.
Mis expresiones eran de incomodidad y enfado.
Doblas me dió un gran golpe en el brazo, reaccioné ante la agresividad ¿Porque siempre es así?

-ya me di cuenta que eres el peor para arreglar las cosas siempre, actúa bien, Tenemos una reunión.-

Fruncí el ceño y sobe mi brazo, sus pequeños 1.67 cm de altura guardan una gran fuerza ,con razón es un soldado reconocido.
Ambos tomamos asiento en nuestros respectivos lugares en la sala.
Llegaron los superiores, con ellos Winter, quien se miraba más que seria y mantenía su mano en el bolsillos derecho de su uniforme.
Esto era importante, hoy se comunicaría sobre el estallo de la guerra y se decidiría si tendríamos que irnos a pelear directamente, ya que los ataques sorpresa estaban acabando con la población.
Durante el inicio de la reunión Winter no se miraba despistada y cansada como siempre, sino que tensa y alerta, cualquier movimiento cerca de ella la alertaba.
El aura de la sala era tensa y frívola, no solo por ser un caso fuerte para el reino, sino que también por las personas que estaban presentes, sabiendo los secretos de todos, daba mala espina.
Entre los temas de los cargamentos y nuevos fusiles mi mente se nublaba de pensamientos intensos.
Tal vez en cualquiera momento deba decir sobre Winter, o ella diga algo y se limpie las manos en otra persona.
Winter tensó su cuerpo, su mano derecha claramente apretaba algo y su ojo está atento a un punto fijo.
Desvíe la mirada intentando en no caer en un ataque de ansiedad, discretamente Ashler me dió palmadas en la espalda para relajarme.

-esta bien amigo, todo está bien.-

Yo asentí ante su susurro y suspiré aliviado.

-algo que guste decir, Mayor Bristol.-

Dijo el general de brigadier, no fue hasta que mi ser se tenso y entro en pánico cuando Winter se levantó de su silla y siguió mirando al general, sin quitar esa sospechosa mano del bolsillo.
La sala se quedó en silencio, esperando respuesta de Winter, todo se puso tan intenso en un dos por tres.

-si, señor.-

Aclaró su voz.

-sobre el tema de la radio.-

El Brigadier le miraba atento, pues para el Winter era un pan de dios, una gran líder y sobre todo una gran observadora.
Tocaba una casi silenciosa melodía con los dedos en la mesa con estrés, estaba esperando la respuesta de Winter sobre la radio, sé adónde va esto y pienso detenerla, se está equivocando de situación.

-bueno, sobre la radio yo...-

Un sonido metálico proveniente de su bolsillo resonó sigilosamente en la sala, mi corazón se aceleró mientras pensaba lo peor.

¿Que carajos planeas, Winter?

-yo fui quién quitó la comunicación con la central y dejó morir al escuadrón A-78...-

El rostro de los superiores no se podrían igualar con nada.
Todos con el ensamble sorprendido y tenso, nadie lo podía creer.
Mi cuerpo se preparó para lo que lógicamente pensaba.

-no pienso revelarme con el reino...-

De su bolsillo saco una navaja y lo dirigió a su cuello, no se bien si fue por qué sentí miedo a perderla o por el impulso de salvar pero no pude más y atrapé su mano y la golpee varias veces contra la mesa hasta que la soltó.
Su mirada estaba llena de miedo y tristeza, como si no tuviera idea de lo que hacía.
No tardaron en llegar soldados y a apuntarle con fusiles.

-Coronel, sueltela, está en nuestras manos.-

Automáticamente la solté y me aleje con miedo, la tomaron del cabello y la esposaron.
Mi pecho dolía demasiado, mi garganta se anudo y mis ojos se cristalizaron ante la escena.
Ella nisiquiera hacía el esfuerzo de soltarse, solo miraba hacia abajo tan derrotada y rendida que me hacía sentir culpable.
Los superiores al rededor se miraban decepcionados y enojados.

-llevenla prisionera hasta que se decida su fecha en la horca.-

- disculpe señor pero no puede elegir fecha sin hacer un juicio primero.-

- claro que puedo, soy el general.-

Lo último me hizo apretar el puño del enfado, ese orgullo por su asqueroso poder me hizo casi perder el aire.

Apreté la mandíbula para evitar sacar el llanto que se anudaba en mi garganta y no me dejaba hablar correctamente.
Nisiquiera doblas lo podía creer, nadie podía procesar lo que sucedió.

Ni mi corazón puede aceptar que Winter se dejó tomar por qué no podía con la culpa.

'•Olor a lavanda.•' (en modificacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora