RELATOS ESPECIALES_

ASESINATO INCIDENTE

  
Es interesante ver como tus víctimas se sienten tan intimidadas y te miran en ese momento tan enloquecedor con sus ojos como cuchillos afilados desprendiendo lástima, miedo y un terror cargado de nervios en busca de una maldita esperanza, eso me fascina, me incita a acabar más con esa máquina llena de pena. Sí, soy una asesina, lo admito. Jamás me interesó ser Jefa de una Compañía o Bailarina en un Burdel. Siempre deseé estar en riesgo por puras consecuencias o mis propios actos. Es complicado pero, me gusta analizarlos antes de que pierdan el último suspiro y es alucinante a la hora de sentir el líquido rojo de mis muertos recorrer por mis manos opacadas.

¿Quién pensaría que fuera así?
 
Unos años atrás fui una chica tímida,tranquila y encendida de emociones pero, un día me arrebataron mi mundo lleno de colores , donde al cabo del tiempo me convirtieron en un depredador saciado por el dolor y pintaron una vida de gris con rencores.

Horas después de conocer a mí próximo objetivo inesperado todo cambió odié a ese hombre por hacerme revivir esos sueños e ilusiones que navegaban sin medidas por mi cabeza cuando era una pequeña inofensiva. Solo con un HOLA me arrojó al vacío y dejó mi voluntad en el suelo para formar un torbellino con intensos miedos.

No soportaba verme en esa situación ni un minuto más, era tan agobiante porque cuando lo tenía cerca de mí todo me daba vueltas, estaba inconforme conmigo misma y deseada a la vez de una manera que me quemaba en mí propia hoguera. Era tan inquietante el saber que me manipulaba con sus ojos color oro y su voz gruesa con un nivel de insensatez pero, sabía que las tentaciones me presionaban el cuerpo para cometer errores inciertos e insuficientes a la vez.

Como toda mujer leal a sus necesidades acepté fantasear y probar con devoción ese poderoso Dios Griego que habitaba en la cama de una de las habitaciones del hotel llamado _MANHATTAN_.

La ira y la impaciencia me golpearon en un instante la cabeza. No pude controlar el odio que sentí por dentro en ese momento, solo actúe en segundos ante un humano que no entendía el por qué de mis acciones sin motivo ninguno.

                        (...)

Nunca podré olvidar su cuerpo helado, ensangrentado,  desplomado en el piso y enredado entre las sábanas blancas a las 2 am de esa húmeda madrugada. Fue asfixiante percibir ese aroma por última vez y esa mirada fija todavía tan cálida en mi piel. Creo que por fin había encontrado el amor y yo misma de mí lo alejé.

Soy consciente de mis actos y aunque haga una total masacre en este mundo mi mente siempre me recordará lo estúpida que fui al contradecir mis instintos y mentirle a mi envenenada alma la sensación más grata e inesperada hacia un individuo inofensivo.

Me siento traicionera ante mi corazón. Soy culpable por acabar con la única medicina de mi enfermedad y ahora lo sé, todo ese tiempo no tuve el valor de enfrentar al temor y expresar mis sentimientos con honor pero, ya se acabó. No me entregaré jamás ni a la justicia, ni al amor.