Historia poliamorosa sobre 3 chicos.
Raptor, Sparta y Mike son mejores amigos, al pasar tanto tiempo juntos se dan cuenta de que tienen sentimientos que van más allá de la amistad. Esto los llevara a poner a prueba todo lo que sienten y creían corre...
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Aquella noche llena de tragedias Tras caminar bajo la lluvia sin rumbo alguno Mike comenzaba a sentirse culpable ¿Había hecho llorar a su padre? La simple idea de imaginarlo así le ponía trsite, pero verlo... Era completamente diferente y más si el lo había provocado.
El chico contuvo las ganas de mirar su teléfono puesto que no había escuchado una llamada o mensaje de su padre, seguro estaría tan molesto con él que ya no quería verlo de nuevo, pero eso no era cierto ¿Verdad?
Su mente comenzaba a jugarle una mala pasada ¿Su padre lo abandonaría? ¿Podía siquiera llamarlo padre de nuevo? La duda o el mal clima hacía que se sintiera terriblemente mal, dejo de caminar puesto que se sentía mareado y su vista comenzaba a tornarse borrosa por las lágrimas que amenazaban con empezar a salir, tenía que calmarse, pero no podía dejar de pensar que solo era una carga innecesaria para Trollino.
No lo pensó más, se tragaria su orgullo y se disculparía, se habia comportado muy mal.
— Como un perro...
Un pensamiento llegó de golpe, haciendo que sus piernas dejaran de responder por un momento haciéndolo caer de frente al suelo mojado, casi llorando ahogó un grito, no le importaba hacer el ridículo en ese momento; resignado decidió levantarse mientras se maldecia por ser tan torpe e inútil.
Su cuerpo dolía, no sabía que era lo que sentía en ese momento, el dolor físico como el emocional estaban haciendo una competencia por ver quien de los dos era más fuerte.
Se abrazo a si mismo intentando encontrar un falso consuelo que pudiese calmar su pequeño corazón mientras caminaba a una banca para sentarse.
No aguanto mas, comenzó a llorar en silencio, era cierto que ya había pasado por muchas cosas malas y el golpe era la gota que derramo el vaso, solo podía sentir lágrimas caer por sus rosadas mejillas, claramente el golpe le había dolido, pero en el fondo sabía que no estaba llorando por un golpe de mala suerte.
— Perro malo...
— Perro malo...
Se repetia a si mismo mientras abrazaba con fuerza su mochila, estaba convencido de que había sido un perro malo y no quería serlo, siempre negó ser un perro y ahora más que nada le dolía que Trolli tuviera razón.
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