Reino

VI

Un inesperado encuentro con el diablo.

Dicen que los secretos en la noche demuestran sus verdaderas caras. Que la oscuridad de la noche se convierte en la capa de los asesinos. En la máscara de ladrones. El guante de gente malvada. En la mente de hipócritas. En las lágrimas de mentirosos.

Dicen que los secretos se deben tener bajo candado. También dicen que tarde o temprano salen a la luz. Los secretos son vivencias o palabras peligrosas. Cosas que se son ocultas, por miedo, terror o simple egoísmo.

¿Qué tantos secretos guardaba la realeza? Nadie lo sabe exactamente.

El pasillo recoso lleno de tierra estaba ocupado por gente vestida de colores oscuros, guantes de cuero, y máscaras que ocultaban su rostro. El lugar exclamaba misterio y peligro. El aire a terror y a crueldad.

Las ropas de las personas que circulaban eran delicadas y caras. La espalda recta, su mirada en alto, imponiendo autoridad.

Pobres, no sabían que el único que podía tener el mundo a sus pies era Harry.

Zayn y él caminaban, manteniendo un perfil bajo.

  —¡Así dijimos señores, hay mercancía de la buena! —los gritos se escuchaban a su alrededor. Gente ofreciendo lo que tenían en un mercado ilegal. Había joyas, corazones, tripas, incluso Harry pudo ver un cráneo humano. Harry decide enfocarse en su objetivo, descubrir el código, saber para qué es el código. A y también que nadie lo reconozca, aunque era algo difícil, teniendo en cuenta que llevaba una máscara y tomo la posición que siempre lleva consigo, esa era una posición potente, pero su salud no corría riesgos, solo unos efectos secundarios. 

Empieza el plan.

Harry y Zayn empiezan a separarse, sin mirarse el uno al otro, ignorándose completamente, como si fueran desconocidos. Harry caminaba, mientras miraba de reojo a las personas que pasaban al lado suyo. Su desconfianza podía llegar hacer su mayor enemigo o su grande aliado, dependía de la situación. En ese lugar seguramente había asesinos, él era uno de ellos. En sus manos había sangre, muchas personas han muerto bajo su mirada, era algo un poco loco el hecho que no le pesaba ni un poco el saber que era un asesino.

Casi un monstruo. 

Va y llega a una esquina. Se le ha cerca un comerciante. —Buenas tardes, señor. —le saluda el hombre en más carado. —¿Qué le gustaría?—el rizado lo mira con una mirada despectiva, hasta que noto la placa.

Era él.

—Que tiene para ofrecerme.

—Tenemos una gran variedad de objetos a la venta... Señor...

—Duman.

—Señor Duman.

—¿Cuál es su producto más valioso e importante que tiene? —el hombre lo mira a los ojos, con una gran maldad en sus ojos.

—Permítame guiarle hacia nuestro gran preciado producto, señor Duman.

El hombre empieza a caminar, el Omega lo empieza a seguir. Harry no lo iba a admitir, pero se sentía un poco intimidado por el desconocido enmascarado. —Debe ser una gran mercancía, ¿No?

—Lo es, señor Duman. No se decepcionará de invertir en ella, si gusta, claramente.

Harry mira a su alrededor, buscando con su mirada a Malik. Lo encontró, estaba a unos pasos suyos, mirando algo que parecía ser un órgano humano o animal. Cuando llego a la distancia del Alfa hizo que sus hombros chocaran, llamando la atención del Alfa. Este dirigido la mirada a la persona que había golpeado su nombro, cuando lo ve caminando a unos metros de distancia empieza a perseguirlo porque se dio cuenta de como el Omega ladeó la cabeza esperando que lo hiciera. Zayn lo hace.